lunes, 4 de junio de 2018

Visita al Castillo de Játiva


¡Qué maravilloso lugar de encuentro es Xátiva
para un joven cuyos viajes ya largo tiempo han durado!
Es una ciudad en la que en todo momento es el despuntar de la aurora
y a sus pies incluso el levante es humedad y frescura.
Donde el olor de la brisa es tan perfumado
que las ramas de sus vergeles se mueven embriagadas.

Donde son luceros todas sus caras y sentencias todas sus palabras.

Poema de un poeta andalusí anónimo "Castillo de Xátiva".


Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco y de nuestra propia esperanza, en cuyo término ejercieran su influencia en tiempos pretéritos José María "El Tempranillo" y "El Pernales" -sin olvidar el legado de nuestros paisanos Julio Vélez o Juan Antonio Carrillo Salcedo entre otros-, colocamos nuestro sextante cultural en lo que los andalusíes denominarían “Al Sharq” o parte oriental de la antigua Al Ándalus, para seguir oteando el legado andalusí. Todo ello, observado desde esa avidez de conocimiento que me absorbe, bajo mi particular síndrome autodidacta -cuyo sextante me orienta-, como si de un particular cuaderno de bitácora se tratara.

Dejamos atrás por la A-4 la antigua Astigi (Écija), que formara parte en tiempos pretéritos de la “Vía Augusta”, calzada romana que transitaba a través de los Pirineos hasta llegar a Cádiz.

La Vía Augusta pasaba por la Tarraconensis, en la España Citerior, hasta llegar a Gades por Itálica, pasando por las ciudades de Córduba, Astigi (Écija) y Carmo (Carmona). La Vía Augusta en la parte más meridional de la antigua Hispania comunicaba con el norte a través de la Vía de la Plata “la Lusitania con Emérita Augusta" hasta llegar a Astorga.

La Vía Augusta conectaba con la Vía Domitia en La Galia, y ésta a su vez, con la Vía Emiliana y Aureliana hasta llegar a Roma.

La antigua Madinat al-Zahra “la ciudad brillante” y Córdoba nos permite transitar hacia Las Navas de Tolosa que nos introduce en el nuevo Paso de Despeñaperros que separa Andalucía de Castilla-La Mancha, en busca de nuestro destino: el Castell de Xátiva.


Al atravesar Despeñaperros me acorde de una versión histórica que alude al desafortunado término geográfico. Cuentan que tras la batalla de las Navas de Tolosa como punto de inflexión de la denominada "Reconquista", las tropas musulmanas capturadas por los cristianos eran arrojadas por los tajos rocosos del desfiladero como "perros infieles". A partir de esa fecha las tropas cristianas llamarían a las nuevas tierras conquistadas Andalucía “Andalusiyya”.

Atrás dejamos los castillos de Chinchilla y Almansa geoestratégicamente ubicados como fiel reflejo de antiguas tierras de fronteras hasta llegar al término de Montesa donde su castillo como vestigio arquitectónico nos recuerda que llegó a ser sede de la Orden de Montesa -frontera con los sarracenos-, en tiempos de Jaime II de Aragón.

Jaime II con la intención de proteger el Reino de Valencia, se aprovechó de la disolución de la Orden del Temple, llevada a cabo por el papa Clemente V en 1311, para fundar una nueva Orden militar y dotarla con los recursos y bienes del Temple y con los de la Orden Hospitalaria en los territorios bajo su influencia. El Papa Juan XXII bajo bula creó la Orden de Montesa el 10 de junio de 1317.


Curso del río Júcar por las huertas de Sumacárcel [Valencia]


Y llegamos a Navarrés (Valencia) donde colocamos nuestro centro logístico para visitar el Castell de Xátiva y acercarnos a Sumacárcer, para observar el río Júcar, un enorme caudal de riqueza que baña sus riberas.



Allí pudimos observar la “Senda del Puntal del Morisco” que transita hasta la Presa de Escalona, donde el agua y las huertas de naranjos forman un paraíso mediterráneo destacando productos como cebollas, lechugas, ajos, sandías, melones, calabazas, manzanos, pimientos, tomates y un largo etcétera que forman parte por derecho propio de nuestra dieta mediterránea.





Los árabes potenciaron los recursos hídricos construyendo azudas (del árabe as-sudd, presa), albercas (del árabe, al beer-kah, estanque), los molinos con sus ruedas hidráulica o sigalla, para elevar el agua del río a través de sus cangilones y así poder encauzarla a una acequia destinada para riegos y fuentes, norias, aceñas o molinos harineros de agua, aljibes, alcorques "al-qurq " o agujeros alrededor de los árboles para almacenar el agua de riego, los azarbes "assarb" que eran acequias que transportaban las aguas sobrantes del regadío para devolverlas al río. En terrenos abruptos como la sierra utilizaban el cultivo en terrazas.

En la agricultura, los árabes revolucionaron las tareas del campo con nuevos métodos de cultivo, injertos, etcétera. Las huertas brillaron con luz propia con nuevas hortalizas como la berenjena, la alcachofa, la endivia, el espárrago. Nuevas frutas como la granada, el melón, la cidra y los albaricoques enriquecieron nuestra dieta mediterránea.

Para suministrar abundante agua en los baños "al-hamman" de considerables dimensiones de una importante medina andalusí era necesario disponer de un caudal de agua suficiente. Tal contingencia se solventaba construyendo dichos baños árabes junto al cauce de los ríos. 

Uno de los acontecimientos históricos más trágicos de la historia de España sería la expulsión de los moriscos -maestros e la cultura del agua y de la agricultura- por Felipe III el 9 de abril de 1609 que costaría el desarraigo y el destierro de 300.000 moriscos de España. Fue un momento gravísimo para la economía española que tuvo consecuencias lamentables. Pueblos enteros quedaron desiertos, muchos campos se convirtieron en eriales, lo que contribuyó a la despoblación de España, acentuando su decadencia durante varios siglos.

La economía se resiente, sobre todo en Valencia, que pierde la cuarta parte de su población. La agricultura, especialmente la producción de trigo y caña de azúcar, disminuye. Los grandes señores, perjudicados por la expulsión de un contingente importante de su mano de obra, se contentan con la incorporación de las tierras confiscadas a los moriscos. La burguesía se arruina. Los bancos quiebran en 1613, llevando a la ruina a todos aquellos que se dedican al comercio y las finanzas. Incluso la Inquisición pasa dificultades al dejar de cobrar la gran cantidad de censos que pagaban los moriscos. 

Una auténtica hetacombe histórica que tuvo su primer acto el 31 de marzo de 1492 con la expulsión de los judíos como triste preludio de lo que iba a suceder con los moriscos españoles entre 1609-1614.


Entre numerosas curvas sinuosas y empinadas llegamos al Castell de Xátiva, situado geoestratégicamente en la Sierra del Castell habiendo sido escenario de numerosos conflictos en tiempos del Reino de Valencia, en las guerras contra Castilla, en las de Germanías, en la Guerra de Sucesión o en la Guerra de la Independencia, así como presidio de ilustres condenados.

Desde el castillo de Játiva se observan espléndidas panorámicas de la población y de su entorno, destacando abundantes lienzos de murallas que abrazan a la Xátiva medieval, la cual hunde sus raíces ibéricas “Sétabis” y romanas “Saetabi Augustanorum”, aunque la mayor parte de las murallas y torres conservadas son de origen islámico “Madinat Xatevat o Satibat” teniendo también murallas de la época cristiana.



Madinat Satibat (Játiva) llegó a ser el primer lugar de Europa, donde se fabricó el papel en el año 1144 en tiempos de los andalusíes donde aparece también el primer molino papelero de Al Ándalus, realizado con paja de arroz. Los árabes crearon el primero de sus molinos de papel en la ciudad de Samarkanda. Más tarde, gracias a su influencia será traído a Al Ándalus donde Córdoba, Sevilla y Toledo aún conservan molinos del siglo XI, siendo Játiva donde floreció la primera industria papelera occidental, utilizándose el esparto para su fabricación. No hace falta recordar que Córdoba llegó a ser en tiempos del Califato, el faro cultural de una Europa que permanecía en el oscurantismo de su época.

La lengua árabe era sinónima de refinamiento y erudición que sirvió como vehículo para introducir las primeras traducciones al árabe de los filósofos griegos, en especial Aristóteles de la mano de Averroes y que posteriormente se benefició el pensamiento posterior del mundo latino (Santo Tomás). 

La fusión del árabe con la cultura autóctona dio lugar en el pueblo andalusí a la lengua aljamiada-morisca (lengua romance escrita en caracteres árabes), lo que ha abierto un enorme interés desde un punto de vista sociológico, lingüístico, literario e histórico nos lleva a considerar que a través de su estudio de pueden comprender muchos aspectos de la lengua española a nivel léxico y fonético.




La historia de los castillos tiene sus orígenes en la época ibérica evolucionando con los “castrum” o formaciones rocosas que proporcionaba refugio a los pueblos. Los primeros castillos fueron simples torres rodeados de empalizadas. La madera poco a poco se fue sustituyendo por piedras y las murallas se fueron haciendo más altas y gruesas.

Desde el oppidum íbero pasando por el castrum romano, el hisn musulmán o el castillo cristiano, siempre se ubicaba en general en un lugar elevado para la defensa y al mismo tiempo vigilar las rutas y territorios.

La guerra siempre ha sido un conflicto de grandes intereses solucionado de manera sangrienta. A partir de la dualidad ataque y defensa se desarrollaron los castillos que sería el objetivo de la actividad militar al acabar formando parte de la defensa y conquista de estas fortificaciones. Las torres de asalto estaban realizadas en madera, generalmente iban cubiertas con pieles de toro o similares, para evitar su incendio por parte del enemigo.

La Edad Media es un periodo de contrastes donde la convivencia y la comunicación entre los pueblos generaba una riqueza cultural que se manifestaba en todos los ámbitos de la sociedad medieval en la que los cambios sociales, económicos y “políticos” llevaban consigo una constante reestructuración del territorio manifestada en los restos arqueológicos, arquitectónicos, iconográficos y documentales. Unas huellas que nos permiten conocer nuestro pasado.

Tras la rendición de la nobleza goda a manos de los musulmanes, los territorios capturados de la antigua Hispania fueron reorganizados en “coras o provincias” musulmanas que configuraron una compleja sociedad tribal de dominio árabe. Posteriormente (S. X-XI), durante el establecimiento del Califato de Córdoba, se culmino un periodo de consolidación del poder y la riqueza de Al-Ándalus. Pero tras la muerte de Al-Mansur (1002 d.C.) que vació de contenido la figura del califa se inicia una fitna o guerra civil que desembocaría en los “Reinos de Taifas” que debilitarían la hegemonía musulmana.



La alcazaba “al-qasab” estaba a cargo del qaid y normalmente se dividía en tres zonas: la saluqiya o reducto central “donde residía el qaid”, una muralla y una albacara “recinto amurallado usado como refugio del ganado y para los habitantes del territorio amenazado por el enemigo”. La invasión musulmana introdujo nuevos elementos en la construcción de las alcazabas como la mampostería y el ladrillo.

Cuando los cristianos iban conquistando el territorio de Al Ándalus, los hisn y sus áreas de influencia pasaron a ser regidos por una estructura feudal, provocando una nueva configuración arquitectónica. No hay que olvidar que las alcazabas y castillos serían un elemento clave para controlar el territorio y dominar las comunicaciones terrestres, marítimas y fluviales.

En los castillos y alcazabas no podían faltar las provisiones para mantener a la tropa. Productos como el aceite, vinagre, vino, aves de caza, quesos, horno de pan, carnes, sal, miel y frutos secos, leña, hierro, seda para fabricar las cuerdas de las ballestas, cáñamo, estopa, lana y paños para los heridos, así como medicinas y ungüentos eran imprescindibles. En periodos de paz, los castillos se convertían en explotaciones agropecuarias campo recogiendo forrajes para los animales y sembrando alimentos básicos para el consumo diario para tener repleta la despensa y la bodega. 


Aljibes en el Castillo de Játiva

El fuego, el agua y la vigilancia del territorio formaban una trilogía imprescindible en la subsistencia del castillo. 

El uso de la ballesta supuso una verdadera revolución dentro del mundo del armamento medieval por la enorme fuerza de propulsión de los dardos o flechas disparadas. Tenía la gran ventaja de que se quedaba cargada y lista a la espera del momento oportuno.

La gumía y la daga, junto con la espada, eran las armas por excelencia de los soldados cristianos y andalusíes. Entre los musulmanes la espada con uno o dos filos era casi un símbolo religioso y cada guerrero sentía un gran aprecio por su propia espada “espada a la jineta” -corrupción del término zeneta, bereberes nazaríes-.

El arco se construía de media rama de limonero o tejo especialmente seleccionada por su flexibilidad y resistencia. En los extremos se encolaban dos picos de cuerno de ciervo para reforzar los puntos en donde la cuerda ejerce una mayor tensión. Algunos llevaban en su parte central una empuñadura sencilla de cuero. Los soldados utilizaban un arco de dimensiones considerables, mientras que los arqueros que iban a caballo utilizaban un arco más pequeño para poder girarse hacia atrás y disparar al enemigo.

Las flechas estaban hechas de ramas de fresno, tan largas como lo permitía la flexibilidad del arco que se utilizaba, en cuyo extremo anterior se fijaba una punta afilada de hierro, mientras que en el posterior se añadía un penacho de plumas de oca para mantener el centro de gravedad y evitar que se inclinase durante su trayectoria. La punta podía tener distintas formas, según el uso que se le daba, en la caza o en la guerra.

La espada con pomo en forma de disco podía pesar hasta los 2 kg. y añadía un poderoso efecto contundente capaz de atravesar mallas y armaduras. La cota de malla tenía la función principal de proteger la cabeza y el cuerpo contra las heridas de arma blanca pero su excesivo peso impedía la movilidad del caballero.

El agua era un elemento imprescindible para la subsistencia del castillo, los hombres, los cultivos y el ganado que dependían de ella. Según la situación de cada fortificación y la climatología de la zona, se podía encontrar en pozos, silos, aljibe y cisternas que estaban bien protegidas de los peligros exteriores como el envenenamiento y los asedios. El aljibe es un gran depósito rectangular cubierto por una bóveda y excavado bajo el nivel del suelo destinado al abastecimiento de agua.

En los castillos hispanos construidos en lugares abruptos predominaban la función defensiva, el control territorial y la vigilancia. Poseía alguna estancia un poco más noble para el alcaide o señor del lugar, con una pequeña capilla, una cárcel o calabozo destacando la Torre del Homenaje y el Patio de Armas.

En tiempos de paz, las horas de trabajo y ocio estaban marcadas por las estaciones del año y por las cosechas.

El laúd “Al-´üd” es un instrumento introducido por los árabes. Estuvo fuertemente arraigado en la música de las tres culturas peninsulares. Sus cuerdas de tripa, llamadas coros, se tocaba punteando. Originariamente, las cuerdas del laúd árabe, estaban pintadas de color amarillo, rojo, blanco y negro. No fue hasta la llegada a la corte de Córdoba del célebre Ziryab cuando éste le incorporó una quinta cuerda, intercalada entre la segunda y la tercera, y teñida de color rojo, como la segunda.




Nuestra ruta

Entramos por la Porta Ferrissa (Puerta de hierro), la entrada principal del castillo de Játiva donde en su origen tuvo un puente levadizo. En el friso de la Puerta se puede observar entre dos emblemas reales, el escudo de la ciudad.


Durante la Guerra de la Independencia existía otra puerta exterior “La Puerta Forana” que fuera dinamitada por el ejército francés tras su retirada en 1813.

La Plaza de Armas se encuentra en la parte central de la fortaleza formando un ángulo obtuso entre el castell menor y el mayor. El Castell Menor, se encuentra asentado sobre la “Panya Roja” entre restos íberos y romanos que tuvieron protagonismo durante las campañas de Aníbal Barca y con posterioridad durante el período de Al-Ándalus. El castillo se encuentra orientado hacia el levante.

La posición geoestratégica del castillo permitía vigilar y controlar la Vía Augusta, testigo de los movimientos de las tropas de Publio Cornelio Escipión “El Africano” y Quinto Sertorio durante las Guerras Púnicas.



Entramos en el Castillo Menor por la denominada “Puerta de Anibal”. Nos dice la historia que por aquel lugar entró el general cartaginés Anibal y más tarde el general romano Escipión.

Observamos un arco ojival en la parte superior y una placa de mármol que hay en la parte izquierda que nos relata las conquistas que ha sufrido el castillo en el devenir de su dilatada historia.

La base de la torre cuadrada del Castell Menor pertenece a la época romana. Las puertas en forma de codo dentro de una torre del siglo X es característica de las alcazabas y medinas musulmanas con el objetivo de dificultar la entrada a los asaltantes.

En la Torre de la Reina se puede observar un balcón moderno con una bella panorámica de todo el entorno castrense.

Himilce “reina en lengua púnica” era una mujer ibérica natural de Cástulo “Linares (Jaén) y esposa del general cartaginés Anibal Barca (247-183 a. C.) considerado como uno de los más grandes estrategas militares de la historia. Himilce tuvo un hijo en este castillo en 218 a.C. antes de la conquista de Sagunto, según el poeta latino Silio Itálico.

Según este poeta, Aníbal preparó en el Castillo de Xàtiva el sitio a la ciudad romana de Sagunto en el 219 a. C. considerado como el “cassus belli” de la  Segunda Guerra Púnica, entre Roma y Cartago por el dominio del Mar Mediterráneo (218-209 a.C.). A partir de aquella victoria,  el Imperio Romano comenzaría a llamarlo “Mare Nostrum”.

Cuenta la leyenda que por esta puerta entró al castillo el general cartaginés, y años después su enemigo Publio Cornelio Escipión. La actual puerta no pertenece a aquella época, sino al siglo XV. Játiva será tomado a los visigodos por Abd-el-Aziz en el año 714 convirtiéndose en “cora” musulmana dependiendo de Córdoba, Denia, Valencia, Toledo y Murcia. En el 1092 el castillo cayó en manos de los almorávides y en el 1171 los almohades se hicieron con su control.

En el 1099 El Cid fracasó ante sus muros sin poder tomarlo. Después de la conquista de Valencia (1238), el rey Jaime I el Conquistador, toma el castillo en 1244.


Paseando por el Castell Menor se puede observar el aljibe “algüb”, cerca de los antiguas cuadras para las caballerías y las letrinas muy bien conservadas, lo que nos da una idea de la importancia del saneamiento y la higiene pública en la cultura andalusí.

El poeta y secretario de los gobernadores almorávides de Xátiva Abu Bakr Ibn al-Yannán al-Satibi -nacido en Xátiva- murió en los calabozos del castillo en el año 539 de la Hégira “1145 de nuestra era”.

Castell Mayor

Entre calles empedradas, atalayas, torres albarranas “albarráni o “al-baria” que significa de fuera o libre" y adarves «ad-darb» defensivos con sus abundantes saeteras, descendimos hasta llegar de nuevo a la Plaza de Armas que nos conduce al Castell Major, de posterior construcción y orientado al poniente, que se encuentra mejor conservada.

Jaime I conquista en 1244 el Castell de Xátiva convirtiéndola en la principal fortaleza de defensa en el camino entre Castilla y la capital del Reino de Valencia. En 1251 el rey Jaime II otorgaría a Játiva su Carta Puebla obteniendo en 1347 el titulo de ciudad por su fidelidad al rey de Aragón Pedro IV.

Entre puertas de entrada, torres, fosos y recios muros con lienzos de murallas como testigo de nuestra visita nos detuvimos a leer los paneles ilustrativos nos permite recrear la vida cotidiana en las fortalezas medievales entre puertas de entrada, almacenamiento de agua, capilla y mazmorras donde célebres prisioneros padecieron entre sus sólidos y lúgubres muros.

Subimos por una amplia escalinata de ladrillos que nos permitía acceder a las diversas dependencias. En su parte alta encontramos dos cañones de bronce que fueran utilizados en la Guerra de Sucesión.




Poco a poco nos acercamos a la tercera puerta del Castell Mayor denominada "La Puerta de Santa María", reconstruida en el siglo XV que posee una Capilla de estilo gótico del mismo nombre. Fue construida entre 1431 y 1434, por la esposa de Alfonso V “El Magnánimo”, doña María. Alberga los restos mortales del Conde de Urgell, muerto en el castillo de Játiva en 1433, tras su encierro en el mismo, por no haber aceptado de buen grado la decisión del Compromiso de Caspe. Es una capilla de una sola nave de planta rectangular y muros de mampostería con bóveda de crucería, mostrando en los dinteles el escudo de la Corona de Aragón.

En la parte más alta del castillo mayor se puede observar un pavimento antiguo en forma de espiga, propio de las obras romanas (opus spicatum).



La celda del Conde D´Urgell 

Durante el siglo XV el castillo de Játiva se convierte en prisión de la Corona de Aragón. Una de las estancias de la prisión era utilizaba para el castigo.

Por sus mazmorras pasaron presos ilustres como Jaume d’Urgell, quien se rebeló sin éxito tras ser desestimado como candidato a la Corona de Aragón en el Compromiso de Caspe, en 1412. Cuenta la leyenda que, tras pasar tanto tiempo en esta lúgubre celda, al salir a plena luz del día murió, tras quedarse ciego.

Pero el preso más famoso de todos sería don Fernando de Aragón, duque de Calabria y pariente de Fernando el Católico, acusado por el monarca de alta traición presuntamente por sus amoríos con Germana de Foiz, reciente esposa de Fernando el Católico, con 18 años de edad mientras que el rey católico sobrepasaba en más de cuarenta. Terminado su encierro, el duque de Calabria se casó con Germana de Foix, viuda de su segundo esposo el marqués de Branderburgo, convirtiéndose ambos en virreyes de Valencia, y fundando en la ciudad de Valencia el Monasterio de San Miguel de los Reyes, lugar donde están enterrados.


Monumento a Ibn Hazm en la Puerta de Sevilla, en Córdoba

Paseamos por los Jardines de Ibn Hazm, de época reciente, como homenaje al poeta andalusí que en su exilio en Xátiva escribió con 28 años un tratado de amor “El Collar de la Paloma ”hacia los años 412 y 413 de la Hégira [1022]. 

La obra de Ibn Hazm de Córdoba (994-1063), llegará a ser, no sólo arrinconada por las escuelas rivales sino también aborrecida por judíos y cristiano, siendo además olvidada por los traductores medievales. Han tenido que pasar muchos siglos para recibir el reconocimiento por sus grandes valores, similares al menos, a los Averroes y Maimónides.
Játiva llegaría a ser sede episcopal en tiempo de los visigodos. De nuevo y tras la conquista cristiana, el rey Jaime II solicitaría al Papa la restitución de la antigua diócesis de Xátiva perdida tras la invasión musulmana.
Durante el siglo XV el castillo de Játiva se convierte en prisión de la Corona de Aragón. Será en esta época cuando se produzca el ascenso de dos papas de la familia Borja “Borgia en italiano” al pontificado: Alfonso de Borja bajo el nombre de Calixto III  Rodrigo de Borja con el nombre de Alejandro VI, ambos naturales de Játiva. 




Primus Pater
Calixto III 

Alfonso de Borja (Xátiva, 1378 - Roma, 1458). Se doctoró el Derecho Civil y Canónico (1413) en Lérida. Auditor de la Cámara Apostólica de Benecicto XIII, fue nombrado Canónigo de Lérida (1411-1423), Provisor del obispado (1411-1417) y tuvo Cátedra de Cánones (1413-1418). Fue Canciller (1417-1420) del rey Alfonso el Magnánimo. El Papa Martín V le otorgó la rectoría de San Nicolás de Valencia (1418) y le nombró Obispo de Valencia en 1429. Por haber gestionado la reconciliación entre Alfonso el Magnánimo y el Papa Eugenio IV, éste le otorgó la púrpura cardenalicia. Tras la muerte de Martín V, fue elegido Papa, adoptando el nombre de Calixto III. Inició el proceso de canonización de San Vicente Ferrer. Murió en Roa en 1458.

Alejandro V

Rodrigo de Borja, (Xátiva, 1430- Roma, 1503). Destinado a la carrera eclesiástica, ostentó diversos cargos, como los de Beneficiado de la Colegiata de Xátiva (1448), Canónigo de la Catedral de Barcelona y de la de Segorbe. También fue Sacristán Mayor de Valencia. En Italia siendo Pronotario Apostólico recibió en 1456 el capelo cardenalicio de manos de su tío, el Papa Calixto III. En 1492 consiguió que Inocencio VII elevara la Diócesis de Valencia al rago de Archidiócesis y, el mismo año fue proclamado Pontífice, adoptando el nombre de Alejandro VI. Murió en Roma en 1503.
Alejandro VI estableció mediante la bula “Inter caetera” una línea imaginaria situada a 370 leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde, que dividiría al mundo otorgando a los Reyes Católicos el dominio y monopolio del comercio de las nuevas tierras conquistadas. Las tierras descubiertas al Este de ésta línea imaginaria, serían de propiedad portuguesa, y las del Oeste, serían de propiedad españolas. América quedaba en manos de España mientras Brasil pertenecería a Portugal. Estas decisiones pasaron por alto los derechos de las gentes nativas de aquellas tierras sometidas y explotadas, dando paso a siglos de disputas internacionales por el poder marítimo entre España, Francia e Inglaterra. Podría ser considerado como el detonante que pondría en marcha el colonialismo posterior. 

El 7 de junio de 1494 quedará plasmado en el Tratado de Tordesillas entre los representantes de los Reyes Católicos y los del rey Juan II de Portugal. Es nueva concepción del mundo pasará por alto los derechos de las gentes nativas de aquellas tierras sometidas y explotadas dando paso a posteriores disputas internacionales por el dominio del mar siendo considerado como el detonante que pondría en marcha el colonialismo posterior.


Las Germanías

En el siglo XVI, Játiva se ve inmersa en la revuelta de las Germanias (1519). La Guerra de las Germanias "agermanats"  o hermanados en valenciano, fue un conflicto que se produjo entre 1519 y 1523 en los reinos de Mallorca y Valencia durante el reinado de Carlos I entre los gremios de las ciudades y campesinos oprimidos por unas míseras condiciones de vida contra el poder de la nobleza que acabará con el poder de los gremios. Este levantamiento coincide en el tiempo con la Guerra de las Comunidades de Castilla, entre 1520 y 1522.

Los artesanos se organizaron en 1519 en un organismo superior a las cofradías armadas denominada la “Junta de los Trece” que eran representantes de los oficios de Valencia que pretendían controlar en trabajo libre a través de los gremios (tejedores, esparteros, pescadores, albañiles, etcétera).

En la Puerta del Socorro (Socors), en el Castillo Mayor vivieron los episodios más sangrientos durante las revueltas de las Germanías con la muerte el 14 de julio de 1521 por parte de los agermanados "agermanats" de don Luis Crespí de Valldaura, señor de Sumacárcel y de Alcudia, famoso noble valenciano.

Guerra de Sucesión

Durante la Guerra de Sucesión, en diciembre de 1705, el castillo fue fortificado por el general austracista Basset, que reconstruyó murallas y torres. Los partidarios del Archiduque de Austria y Felipe V de Borbón se enfrentaron en la batalla de Almansa (Albacete) en 1707, que acabó con la derrota total de las tropas del Archiduque. 

Las tropas borbónicas, a las órdenes del general francés D’Asfelt marcharon hacia Játiva, siendo saqueada e incendiada el 6 de junio de 1707. 

Fue tal la venganza que hasta la ciudad fue obligada a cambiar de nombre llamándose a partir de ese momento Colonia Nueva de San Felipe. Fue durante el periodo de las Cortes de Cádiz cuando la ciudad volvió a recuperar su nombre actual.

Desde entonces los sebatenses consideraron a Felipe V de Borbón como un enemigo natural al ordenar incendiar la ciudad de Játiva en 1707 por su resistencia en la Guerra de Sucesión. En época reciente, un cuadro del citado rey que se encuentra en el Museo de L’Almodí, fue colocado cabeza abajo en señal de protesta hasta la actualidad, sin que exista intención de volverlo a su posición original, hasta que un sucesor suyo pidiese perdón por tanta ignominia.


Guerra de la Independencia

En 1812 durante la guerra de la independencia, el castillo fue ocupado por el general Suchet, que al retirarse dinamitó algunas partes del castillo.

El castillo también jugó un papel importante durante las guerras carlistas, periodo durante el cual las murallas y torres fueron nuevamente reconstruidas. 

Hasta 1748, año en que un terremoto destruyó la mayor parte de las estancias del castillo, existía la denominada "Sala del Duque", donde estuvo encerrado el Duque de Calabria por espacio de diez años. 


Desde el Castillo de Játiva, para el blog de mis culpas...




Algunos términos interesantes

Albahaca “al-habaqa”, planta aromática usada en medicina o en la cocina.
Alberca "al beer-kah", estanque.
Alcazaba “al-qasab”.
Alcázar "al-qasar", fortaleza árabe dentro de la medina.
Alcázar de Sevilla "antigua Dar al Imara", casa del gobernador.
Alcorques "al-qurq", agujeros alrededor de los árboles para almacenar el agua de riego.
Algibe “Al-yübb”.
Aljamiada "aljamiyya", lengua romance escrita en caracteres árabes.
Andalucía “Andalusiyya”.
Azarbes "assarb", 
acequias que transportaban las aguas sobrantes del regadío para devolverlas al río.
Azuda "as-sudd", presa.

Baño árabe "Al hamman".

Campaña militar "aceifa o razzia".
Casa de la alegría "Dar al-Farah".
Castillo árabe fuerra de la medina "hisn".

Gibraltar "Gebel al-Tarik", monte de Tarik.
Guadalquivir "Wal al-kabir", río grande.
Guadaíra "Wad al-Ira", río pequeño.

Guerra civil "fitna".

Laúd "Al-´üd”, guitarra de cuatro o cinco cuerdas pintadas de colores.

Mallorca “Mayürqa”.

Provincia "cora".

Sevilla "Ishbiliyya".

Taquilla "taqiyya", lugar de la casa donde guardaban los andalusíes lo más preciado.
Trafalgar "Taraf al Ghar" o Cabo de las Cuevas.

Vaquero “Al-baqar”.

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