Olvera será reconquistado por Alfonso XI en 1327 tras un duro asedio cuyo castillo será reconstruido sobre una antigua fortaleza andalusí.
El 1 de Agosto de 1327 Alfonso XI otorgará a la ciudad la Carta Puebla o de Población que otorgaba una serie de privilegios a sus pobladores como el repartimiento de tierras, una feria de ganado, exención fiscal y otras disposiciones que regulaban la vida de la villa.
La villa de Olvera pasa a formar parte del señorío de don Alfonso Pérez de Guzmán. Posteriormente asará a manos de los Zúñiga y por último vendida a los Téllez Girón convertidos más adelante en los Duques de Osuna, que serán los señores de la villa de Olvera hasta el siglo XIX. Después vendrá la Guerra de la Independencia, el bandolerismo, caciquismo, movimientos sociales, etcétera…
A partir de las antiguas alcazabas y castillos surgen las medinas o villas medievales como Olvera, Setenil, Morón de la Frontera, Zahara, Arcos de la Frontera, Jimena de la Frontera, etcétera.
Desde la Torre del Homenaje del castillo de Olvera se divisa la torre vigía de Pruna, el castillo de Zahara de la Sierra, Torre Alháquime, Setenil de las Bodegas y Ronda. Los castillos eran considerados símbolos del poder militar en su época como signo evidente de la existencia de una sociedad violenta.
Para llevar a cabo las técnicas de construcción en los sistemas defensivos eran necesarios diversos oficios como canteros, maestros de obras [alarifes "al-arif"], albañiles [al-banní], carpinteros, herreros, etcétera, para construir los lienzos de murallas con los merlones, almenas, barbacanas, adarves o rondas de muros, obras de sillería y fajas, etcétera.
Alarifes, herreros, carpinteros, guarnicioneros o talabarteros para las guarniciones de caballería eran profesiones necesarias dentro de un recinto defensivo. En definitiva, la cultura de la madera, del hierro y del cuero.
También se recoge en el Museo "la frontera como espacio de guerra" y "la vida civil en la frontera" destacando la organización social de la población con el pan como base de la alimentación, el aceite de oliva y las plantas silvestres entre las clases humildes, la construcción de los hogares con el suelo de tierra y cal con hierbas aromáticas en el suelo, el abastecimiento del agua sin olvidar el importante legado gastronómico andalusí como las albóndigas, la salsa de ajo mozárabe, gazpacho tradicional sin tomate [que vendría posteriormente de América junto al cacaotl], el pisto andalusí con calabaza y berenjena, el azúcar de caña, los cítricos, el arroz con leche o los dátiles y especias como la canela, el azafrán, el sésamo, el jengibre, el anís y la nuez moscada, turrones y mazapanes entre un largo etcétera.
Las rutas del comercio a través del trueque servían de transporte para los hombres y las ideas junto con la inseguridad de los caminos en las antiguas tierras de fronteras. El medio de transporte empleado eran las reatas de mulos o acémilas ya que existían abundantes obstáculos naturales al no existir los puentes.
El escribano tenía el cometido de poner por escrito todos los acuerdos del cabildo y dar fe de las escrituras. Era un funcionario público del concejo y a la vez ejercía funciones de notario. El uso de la escritura hacía del escribano uno de los pocos personajes con acceso a la cultura, sobre todo en las áreas rurales.
La sociedad medieval era eminentemente rural y la mujer participaba en las faenas del campo. El mundo conocido se encontraba enfrentado y dividido por la religión, la Iglesia y los clérigos que jugaban un papel fundamental estando presente en el nacimiento, la comunión, el matrimonio y la muerte.
El primer pósito de Olvera será el almacén de granos y
productos agrarios para el abastecimiento de la población en tiempos de los
Reyes Católicos.
La entrada de productos en los pueblos y ciudades se gravaba con un impuesto, el Arancel del Portazgo que, en el caso de Olvera, correspondía al señorío de la villa. En 1490 los Reyes Católicos dispusieron el Arancel del Portazgo de Olvera, documento en el que se establecen los tributos que para cada producto, debería cobrarse a los mercaderes que introdujeran mercancías.
Torre del Homenaje en Setenil
Setenil de las Bodegas
Muy cerca de la histórica Olvera, al nordeste de la provincia de Cádiz, se encuentra Setenil de las Bodegas cargada con abundantes reminiscencias andalusíes y que formara parte del antiguo reino nazarí de Granada. Etimológicamente, proviene del término latino “Septem nihil” porque costó a las tropas cristianas siete asedios tomarla al ser una puerta fundamental para el avance cristiano hasta Granada. Caerá en manos cristianas el 21 de septiembre de 1484.
La Torre del Homenaje es posiblemente de la época almohade (siglo XII-XIII) con su original entramado urbano entre la angostura de sus callejuelas empinadas y casas encaladas y enclavadas en la montaña cuyo tejado es la misma roca como arquitectura singular de Setenil.
Desde la fortaleza de Olvera se puede observar a escasas leguas el castillo de Zahara de la Sierra con la Sierra de Grazalema como pulmón natural de los pueblos blancos con reminiscencias andalusíes.
Castillo de Zahara de la Sierra
Zahara de la Sierra se encuentra también en el noroeste de la Sierra de Cádiz. En la Toma del Reino Nazarí de Granada tuvo especial importancia junto con Alhama significando una gran victoria militar y religiosa sobre el Islam, siendo considerado “el triunfo de la cruz sobre la espada”. Por tal motivo, no entrará en Granada el Conde de Tendilla en primer lugar sino que lo hizo el Cardenal Mendoza, ondeando antes el estandarte de Cristo que el Pendón de Castilla en la Torre de la Vela.
La Casa del Islam en Al Ándalus "Dar al Islam" actuaría como verdadero hilo de transmisión entre la cultura mediterránea y andalusí. Aparte de la cultura del agua y huertas, cultivaron la literatura, la ciencia, la filosofía y el arte islámico como se pudo demostrar con la captura de Toledo en 1085 que hizo adelantar inmensamente los conocimientos de los cristianos revelando la esfericidad de la tierra 400 años antes de Colón.
A ellos le debemos también las traducciones de los clásicos griegos: la medicina de Hipócrates y Galeno, la geografía, astronomía y trigonometría de Ptolomeo, la geometría de Euclides, la física de Arquímedes, la crítica de Aristarco, y la metafísica de Apolonio, Empédocles y Aristóteles que serán traducidas posteriormente al latín en la famosa Escuela de Traductores de Toledo, protegida por Alfonso X el Sabio en la que trabajaron musulmanes, cristianos y judíos.
Traducciones del griego al árabe y de éste al latín permitieron que el conocimiento fuese conocido en Europa para dotar de base la filosofía medieval y la Escolástica.
El año 1407 corresponde a la primera toma cristiana de Zahara. También caerán en la misma campaña militar Pruna y Torre Alháquime por parte del infante don Fernando "el de Antequera", tutor de Juan II y posterior rey Fernando I de Aragón, que a tenor de las crónicas de la época conquista la villa después de someterla a bombardeo.
La apacible vida de la próspera villa nazarí de Alhama de Granada “Al-hama o baño árabe” se truncó por sorpresa en 1482 al ser asaltada en un audaz golpe de mano dirigido por el Marqués de Cádiz, en represalia por el ataque nazarí a Zahara en 1481, lo que le convertirá en el “casus belli” de la Guerra de Granada como último bastión de Al Ándalus cuyo epílogo del reino nazarí ocurrirá el 2 de enero de 1492.
Aunque en 1481 Zahara será recuperada por parte nazarí, la noticia sería recogida en Granada con más miedo que optimismo, pues se preludian tiempos peores. De hecho este episodio constituyó el pretexto para el inicio de la Guerra de Granada.
De un alfakí en la Alhambra se escuchará:
¡Ay de Zahara. Sus ruinas caerán sobre tu cabeza, su caída en tus manos preludia el fin!
El año 1483 será la fecha definitiva de su conquista por parte castellana, personalizada en la figura de don Rodrigo Ponce de León, que saliendo de Marchena [antigua Marshena al Zaitum andalusí], y tras un corto asedio logra vencer la plaza en octubre de dicho año (no sabiendo exactamente el día pues las fuentes nos hablan de tales acontecimientos desde el 14 al 28). Previamente, en septiembre del mismo año hubo un intento de ganarla a cargo del conde de Cifuentes, pero fracasó en su intento.
Aunque Zahara sufrirá varios asedios por las tropas nazaríes, nunca más volverá a manos musulmanas.
A los habitantes de Zahara se les ofreció una capitulación muy favorable permitiéndoles salir sin sus armas pero llevando consigo todos los efectos personales que pudieran cargar y autorizándolos para emigrar hacia Berbería. Zahara se mantuvo inicialmente con 150 hombres para su defensa, ya que de momento no era un lugar seguro para habitarla tranquilamente.
Don Rodrigo Ponce de León en recompensa por sus servicios obtiene por parte de los Reyes Católicos la villa de Zahara (privilegio redactado el 16 de agosto de 1484) a la vez que se ordena que en adelante se le añada a sus distinciones nobiliarias el título de Marqués de Zahara.
Poco a poco irán cayendo otros emplazamientos cercanos que formaban parte un sistema defensivo de la que formaban parte Olvera, Torre Alháquime, Pruna, Jimena de la Frontera y Castellar de la Frontera. Las posiciones estratégicas de las alcazabas serán convertidas posteriormente en castillos cristianos a ambos lados de la frontera erigiéndose como protagonistas de una defensa por la supervivencia.
Zahara va a ser uno de esos centros de vital importancia para asegurar el control de paso de los ejércitos cristianos por el punto más vulnerable de la serranía; situación que se mantendrá durante el resto del siglo.
La segunda mitad del siglo XIV se caracteriza por ser un periodo de reorganización y repoblación castellana de las nuevas tierras conquistadas. Aunque no podemos hablar de grandes conquistas no se puede eludir respirar cierto aire de intranquilidad.
Desde Olvera pusimos viento en popa hacia el Castillo de las Aguzaderas, en El Coronil, transitando por Montellano donde el Castillo de Cote en la Sierra de San Pablo captaba nuestra presencia por aquellos territorios. El Castillo de Cote como fortaleza-atalaya ha sido considerado por sus características arquitectónicas único en España, existiendo uno similar en Francia y otro en Inglaterra.
Al igual que desde el castillo de Olvera se divisa el de Zahara de la Sierra, el castillo de Cote mantiene contacto visual con el castillo de Morón.
El castillo de Cote posee una privilegiada ubicación geoestratégica en primera línea defensiva de la antigua frontera cristiano-nazarí [del latín acutus, lugar agudo] en el lugar que los árabes lo denominaron Mont Aqut. Cuenta la leyenda que durante el transcurso de la batalla de Guadalete [Wad lethe o río del olvido] entre los musulmanes de Muza contra las tropas visigodas de Roderico, la esposa de éste se refugió en el castillo de Cote encontrando protección.
El conjunto fortificado de Cote consta de dos recintos amurallados concéntricos, una torre tetrabsidal y un arrabal extramuros. Las primeras construcciones datan de la época califal en el siglo X y Taifa durante el siglo XI, formando parte desde la época emiral de la Cora de Morón, de la que la villa de Cote era la cabecera de un distrito.
El elemento de mayor singularidad es la torre-capilla o Donjon (torre del homenaje en francés) que corresponde al estilo gótico alfonsí con planta cuadrilobulada, -un cuadrado central al que se han adosado cuatro ábsides-. La muralla exterior, a unos 300 metros de altitud, protegía la villa medieval. Un importante emplazamiento que mantiene contacto visual con otros enlaces fortificados desde donde se pueden observar miles de kilómetros cuadrados.
En 1240 Cote será entregado a Fernando III el Santo que pasaría a formar parte desde su posición dominante de la línea defensiva de la banda morisca para poder observar los movimientos de posibles aceifas y algaradas provenientes del reino nazarí. Fernando III lo donará a su hijo Don Enrique. En 1253, el castillo será donado por Alfonso X el Sabio al Concejo de Sevilla.
En 1277, la inestabilidad militar con el reino de Granada hace necesaria la reorganización de la frontera y Cote pasa en 1297 a la Orden de Alcántara formando parte de la Encomienda de Morón, fecha que marca la progresiva destrucción de la villa, de la que logra subsistir el castillo hasta finales del siglo XV, como punto de vigilancia de la frontera con Granada.
En 1461, la Encomienda de Morón la cederá al marqués de Villena, quien un año más tarde la cederá a su vez a su sobrino Alfonso Téllez Girón, señor de Osuna y Conde de Ureña.
El Castillo de las Aguzaderas [El Coronil]
Atrás queda guardado en la retina del recuerdo nuestro periodo de recluta aquella mañana temprano de agosto de 1978 cuando realizamos una marcha desde la Base Aérea de Morón hasta el Castillo de las Aguzaderas ubicado a 3 km de El Coronil, pasando por el Cortijo de la Gironda, con el cetme al hombro y las botas nuevas de la marca "Segarra". A medio día almorzamos a la sombra del castillo el rancho del día y el viaje de vuelta lo realizamos en varios autobuses.
La tarde la tuvimos de descanso para aliviar las rozaduras de los talones por aquéllas botas, ya que aún no estaban amoldadas a nuestros frágiles pies. Ni que decir tiene que al día siguiente, el botiquín estaba lleno de reclutas con las tradicionales "ampollas en los pies" [cebaduras se decía en el argot castrense].
Hicimos un alto en el camino en el restaurante "El Olivo" de Olvera para desplazarnos al Castillo de las Aguzaderas donde nos esperaban Daniel y David para explicarnos el origen del castillo y su historia.
Existe constancia de asentamientos humanos en la zona desde el Periodo Calcolítico "Edad de Piedra hasta la Edad de Cobre" hasta vestigios romanos y visigodos.
El Castillo de las Aguzaderas aprovechando las cimentaciones anteriores debe su origen musulmán a la situación estratégica de la Banda Morisca en la línea fronteriza del Reino Nazarí de Granada.
Según la tradición, los jabalíes de los bosques cercanos aguzaban sus colmillos sobre la superficie rocosa sobre la que se encuentra construido.
El castillo se construyó para proteger el pozo que existía en la zona, el manantial o la Fuente de las Aguzaderas más importante de toda la Campiña y que justifica la ubicación del castillo en un terreno llano y no elevado, lo que lo hace singular.
La singularidad más importante de este castillo se debe a que está ubicado en un hoyo. Un concepto contrario a las fortificaciones de la época. Todo ello será debido a que un recurso fundamental para cada asentamiento humano será el agua. Ese será el motivo principal por el que se construyó el Castillo de las Aguzaderas para proteger su manantial de agua.
El río Nilo era fundamental para Egipto, el Eúfrates y Tigris para Mesopotamia, el Guadalquivir para Sevilla y Córdoba, etcétera.
El castillo tenía comunicación visual con Villamartín y Olvera, Utrera y Morón. En cuestión de minutos se podían enviar mensajes desde sus atalayas y torres albarranas en las que podían vivir cinco o seis personas con sus familias preocupadas por alguna que otra razzia musulmana.
Muchas veces, como no llegaban dichas razzias comienzan a cultivar la tierra y será entonces cuando muchos castillos servirán como silos. A partir del siglo XV comienza a llegar mayor población castellana a El Coronil con el objetivo de repoblar territorios a cambio de privilegios y tierras y se establecen en aquellos territorios donde la existencia de agua era fundamental.
El castillo de las Aguzaderas así como el de Los Molares pertenecen a la Casa de Medinacelli tiene un patio de armas de planta cuadrada con sus almenas y torreones, saeteras en las almenas.
Las saeteras era una estrecha ventanilla que permitía disparar saetas o flechas en forma de cruz para atacar en ambos lados y disparar en todas direcciones.
Las cuatro torres de las esquinas y dos semicirculares refuerzan el perímetro defensivo. Aunque su planta es de origen musulmán el castillo por sus características constructivas es cristiano. La imponente torre del Homenaje dispone de dos espaciosas habitaciones. Alguno de sus muros tienen más de 3 metros de espesor.
El primer suministro de agua a El Coronil fue desde el castillo de las Aguzaderas siendo declarado el primer monumento de la provincia en 1923.
Después de un grato día entre el castillo de Olvera y el de las Aguzaderas con el Aula de la Experiencia de Morón, durante el viaje de vuelta comenzamos a otear nuestra Sierra de Morón con su artrosis degenerativa provocada por las explotaciones mineras y nuestro Castillo como referentes y señas de identidad en la Frontera de nuestra Esperanza, denominada "La tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco", mientras el río Guadaira sigue su curso hasta unirse con el río Padre de Andalucía "el Guadalquivir".
El río Guadaira nace en la Sierra de Gaena [Sierra de Pozo Amargo]. En la antigüedad, los romanos llamaban al río “Ira” y posteriormente, los árabes llamaron “Wad-al-Ira” que significa río pequeño a diferencia del "Wādī al-kabīr" o río grande por donde navegaron fenicios, tartesios, romanos y andalusíes como crisol de culturas.
Una grata jornada cultural entre el Castillo de Olvera y el de las Aguzaderas que agudizan nuestras inquietudes didácticas y cuyos senderos quedarán grabados en la retina de nuestro recuerdo.
Desde el Castillo de las Aguzaderas en El Coronil, para el blog de mis culpas...
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