sábado, 24 de mayo de 2025

Reales Alcázares [antigua Dar al Imara], un crisol de culturas junto al Guadalquivir [I]





Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco orientamos nuestro sextante didáctico una calurosa mañana de mayo, en compañía de Manuel, Jesús, Javier, Juan y Antonio, que nos llevará hasta los Reales Alcázares de Sevilla “la antigua Dar al Imara de tiempos andalusíes”. 

Un legado junto al río Guadalquivir "Wad al Kabir" como cauce de culturas por cuyas aguas navegaron fenicios, cartagineses, romanos, andalusíes y cristianos.

"Ispal" tierra llana de los tartessos, Híspalis romana, Isbilya o Ishbiliyya andalusí, y más tarde, Sevilla cristiana que ha pasado a la memoria colectiva de nuestra tierra.



Al llegar a Sevilla nuestra retina captaba a la altura de la Buhaira "al-buhayra" la esbelta Giralda, que junto con la Torre del Oro “Bury al-dahab” en el Arenal nos daban la bienvenida a la antigua Isbilia andalusí. Nos introducimos en ella a través del Postigo de Aceite, el único postigo de los tres existentes de la antigua muralla árabe cuyo origen se remonta al año 1107, en tiempos de Ben Yusuf.

La retina del recuerdo me proyecta la primera vez que visité la antigua “Dar al Imara” de Sevilla con el Aula de la Experiencia de Morón acompañados por nuestros amigos y cicerones Sebastián López Álvarez y Juan Fernández Márquez, antiguo catedrático de historia del Instituto Fray Bartolomé de las Casas. Fue el 19 de marzo de 2002, día de San José y entramos por la Puerta de la Alcoba, en los Jardines de Murillo. 

Nuestro amigo Manuel nos sirvió como cicerón durante nuestra visita concertada a partir de las 12,00 horas. Comenzó a explicarnos debajo de la Puerta del León el significado de una inscripción en azulejos “Ad utrumque” que porta el famoso león que significa preparado para todo “vencer o morir”, y que pasa desapercibida para la mayoría de los visitantes a tan magno edificio. 

 


 Las murallas del alcázar tienen 37.000 sillares de estilo califal cordobés


Viene de la expresión latina "Ad Utrumque Paratus", del poeta Virgilio en La Eneida, donde el comandante griego Sinón grabó en el interior del Caballo de Troya una arenga, durante la víspera del asalto a la ciudad, para mantener alta la moral de su tropa.

Fue realizada por Manuel Tortosa Fernández en la fábrica de cerámica trianera de José Mensaque Hermano y Compañía en 1892, según dibujo y asesoramiento histórico de José Gestoso y Pérez.

El león representaba en la antigüedad el poder y la fuerza de los grandes gobernantes. Sobre la cabeza, el león porta corona como señal de realeza y de representación del monarca y en la mano derecha una cruz, dejando claro la religión que profesa la monarquía reinante y dominante.




Al pasar por la Puerta del León lo primero que se observa son los muros de piedra que protegen el Alcázar, se remonta a los siglos X y XI, tras la conquista del califa Abderramán III. Desde el Patio del León se observa la parte superior de la Giralda junto con los grandes muros del Alcázar de piedra calcarenita o albero, traídos posiblemente desde la cercana Alcalá de Guadaíra o de los Alcores del Viso, toponímico inmortalizado en el poema de Fernando Villalón "Diligencia de Carmona".

El califa Adberramán III mandó levantar la antigua “Dar al-Imara” o “Casa del Gobernador” en la antigua Isbilya sobre un asentamiento romano y visigodo que con el tiempo se convierte en el núcleo original del Alcázar “al qasr”.

En la calle Joaquín Romero Murube se encuentra una puerta tapiada desde donde se accedía a un patio interior del Alcázar. Cuentan las páginas de la historia que Sevilla fue conquistada en 1248 por Fernando III de Castilla en tiempos de los almohades. La medina de la antigua Ishbiliyya se encontraba custodiada por el caid Axataf. Tras la conquista cristiana sale por esa misma puerta abandonando Sevilla para dirigirse a Marruecos. Tras entregarle las llaves de la ciudad a Fernando III el Santo, éste manda cerrar dicha puerta para siempre, para que nadie más pudiera atravesarla.

Haciendo una breve historia, Adberramán III mandó levantar la antigua “Dar al-Imara” o “Casa del Gobernador” en la antigua Isbiliya que con el tiempo se convierte en el núcleo original del Alcázar de Sevilla que sería trazado por el alarife [al-arif] Abdallah ben Sinan el siriaco (913-914) con una cerca de murallas orientadas hacia la parte occidental, hoy Patio de Banderas. Durante la dinastía Banu Abbad (1023-1091) se amplía el recinto califal hacia el poniente buscando el río Wad al-Kabir, denominado “al-Qasr-al-Muwarak” o Alcázar de la bendición y “al-Qasar-al-Zahi” o Alcázar de la Prosperidad.

Durante la etapa almohade (1147-1248), la antigua Isbilia alcanza su mayor esplendor y se convierte en la capital del nuevo Imperio. 
  • Abd al-Mumín (Sevilla, 1148-1163)
  • Abu Yacub Yusuf (1163-1184)
  • Abu Yusuf Yaqub al-Mansur (1184-1199)
  • Abu Abdalá (1199-1213)
El Alcázar es considerado como el primer edificio civil de Sevilla. Históricamente ha sido sede de los príncipes musulmanes de la antigua Isbiliya islámica hasta 1248 con la conquista de Sevilla por Fernando III de Castilla, siendo la sede de los reyes cristianos en la ciudad hispalense hasta la actualidad. Abarca desde el año 913 en época de Abderramán III en plena etapa califal para continuar con diferentes épocas como taifa, mudéjar, gótico, renacentista, barroco, manierista y neoclásico.

Los musulmanes implantaron las bases de una arquitectura diferente que renovó toda la construcción andalusí propiciada por Abu Yacub Yusuf y “el príncipe de los alarifes” Ahmad ben Basso, oriundo de una familia de mozárabes toledanos, siendo considerado el más grande arquitecto del siglo.


Paño de azulejos en el Patio de las Doncellas


Es digno de resaltar en todo el conjunto la azulejería [azzuláig] de Sevilla y Triana [atrayana o más allá del río] como su arrabal alfarero "alfahar" en la Vega de Triana regada por el río "Wad al-kabir". La España cristiana recibe de al-Andalus -Córdoba durante el Califato en el siglo X y la Granada nazarí durante los siglos XIII al XV- la rica tradición artesana de la cerámica vidriada, destacando la perfecta geometría de los alicatados "al-qát" andalusíes, la gama cromática junto a la cuidadosa ejecución que rematan las composiciones. No hay dos azulejos iguales.

Etimológicamente, azulejo proviene del andalusí “azzuláig” y así hasta cuatro mil vocablos diferentes que enriquecen la gramática castellana. 

El Islam que a partir de la derrota de la batalla de las Navas de Tolosa (1212) sufre una profunda decadencia e inestabilidad interior que hace desaparecer progresivamente el imperio musulmán.

 




Atravesamos la primera muralla original de la antigua Dar al Imara y nos encontramos de frente con el Patio de la Montería, cuya nomenclatura proviene del lugar donde los monteros quedaban con el rey para iniciar las monterías reales antes de salir de caza por las marismas.

El patio principal del Alcázar y funciona como distribuidor de edificios palaciegos: el Palacio Mudéjar, el Palacio Gótico y la Casa de la Contratación.

Tras su victoria en la batalla del Salado Alfonso XI ordena construir la Sala de Justicia [mudejarismo civil en Andalucía] y posteriormente su hijo Pedro I el Cruel o el Justiciero, continúa la línea arquitectónica implantada por su padre y construye su palacio entre los años 1364 y 1366 con alarifes y carpinteros de origen musulmán, procedentes de Sevilla, Granada y Toledo, con materiales perecederos como la cerámica, el yeso y la madera, respetando la máxima coránica que impide hacer obras eternas.

“… ningún humano puede hacer competencia al Creador”

Nos encontramos ante un edificio artísticamente musulmán, con simetría islámica a través de elementos geométricos y vegetales, aunque históricamente cristiano.


El artesonado de la Sala de la Justicia es de estilo mudéjar, 
de la época de Alfonso XI


Patio del Yeso o Sala de Justicia 

La Sala de Justicia constituyó el mexuar o lugar donde se reunían el consejo islámico almohade durante el siglo XII. Tras la conquista de la ciudad en 1248, Fernando III de Castilla continuará impartiendo en ella justicia. Un surtidor central transporta el agua a través de un canal hasta una alberca [al-birkah] del Patio del Yeso. Su bello artesonado de madera será construido en la época de Alfonso XI, que fundará la Orden de la Banda formada por caballeros leales. Se dice que Pedro I, hijo de Alfonso XI, pudo matar en este lugar a su hermanastro don Fadrique, por mantener relaciones con su esposa doña Blanca de Borbón.

Nos encontramos ante un edificio artísticamente musulmán -con simetría islámica a través de elementos geométricos y vegetales- aunque históricamente cristiano.

El “Patio del Yeso” es obra del alarife ‘Alī al-Gumārī, que conserva las yeserías más antiguas del Alcázar. Un bello patio de planta rectangular con una alberca [al-bírkah] en medio. En el Islam destaca siempre el agua como símbolo de la vida.




Pedro I lo construye en 1364. Bajo la solería de este patio se encuentran los cimientos de los palacios almohades del siglo II de la Hégira. La portada queda cobijada bajo un enorme alero de madera de mocárabes.

Palacio mudéjar de Pedro I 

Sorprende la impresionante fachada del palacio mudéjar del rey D. Pedro I llamado el Cruel o el Justiciero (1364-1367). En el segundo cuerpo de la fachada, existe una leyenda en caracteres árabes alabando a Alá rematado por el tradicional yamur con tres bolas de bronce decrecientes de abajo hacia arriba que significa para unos “plenitud”, para otros, el mundo terrestre, celestial o espiritual del mundo musulmán, o tal vez los tres profetas más importantes del mundo musulmán: Mahoma, Moisés y Jesucristo.

La fachada mudéjar responde a una organización tripartita. La portada central, de piedra almohadillada, flanqueada por arcos ciegos polilobulados formando paños de sebka. La portada queda cobijada bajo un enorme alero de madera de mocárabes. 

En el segundo cuerpo de la fachada principal existe una leyenda en caracteres árabes:

“Gloria a nuestro señor el sultán don Pedro ayúdele Allāh y le proteja”




En la planta baja nos encontramos la Casa de Contratación (1503) para el Nuevo Mundo, donde se puede apreciar el Salón del Almirante y el retablo de la Virgen de los Mareantes o Navegantes, de Alejo Fernández (Renacimiento 1531-1536) y una maqueta de un barco de la época.

La Virgen de los Mareantes preside la Sala de Audiencias del Cuarto del Almirante. María, la Virgen de los Navegantes [o Mareantes] se eleva sobre los mares, cubriendo con su manto a los españoles que esperaban los vientos alisios para realizar tan peligrosa travesía. La Virgen María con su manto une dos continentes bajo su protección. Aunque la identificación de los personajes es discutible, se encuentran arrodillados a la derecha de la Virgen, Fernando el Católico, en primer término, acompañados del obispo Fonseca y el canónigo Sancho de Matienzo; en su izquierda, Cristóbal Colón, y tres de los cuatro pilotos que asistieron a la Junta de Burgos: Américo Vespuccio, Yáñez Pinzón y Juan de la Cosa o Solís”.

Salón del Almirante


En el Almirantazgo de Castilla se guardaban las riquezas que provenían de América

Debe su nombre al Tribunal del Almirantazgo de Castilla que tuvo su sede aquí. Era una parte de la “Casa de Contratación de las Indias”, institución fundada en el Alcázar de Sevilla en 1504 por Isabel la Católica tras el descubrimiento de América para a regulación del comercio entre España y el Nuevo Mundo.

Sevilla fue el puerto elegido por la reina por la seguridad que ofrecía frente a posibles ataques piratas, convirtiendo a la ciudad en Puerto y Puerta de América, y capital europea del comercio durante el siglo XVI. Aquí fue donde el piloto Mayor Américo Vespucio, Magallanes y Elcano trazaron la primera vuelta al mundo, y Juan de la Cosa realizó el primer mapamundi de la historia. Esta sala está decorada con pinturas de temática histórica del siglo XIX y principios del XX. Actualmente se ha convertido en un salón de conferencias.

Casa de la Contratación

En el lado occidental del Patio de la Montería se establece la Casa de la Contratación de 1503 construida por Antón Sánchez Hurtado. El lado oriental es edificado por el arquitecto Sebastián Van der Brocht en 1755 tras el terremoto de Lisboa.


En la zona derecha de la montería se puede apreciar una magnífica escalera con paños de azulejería que lleva al piso superior “El Cuarto Real Alto” donde se encuentra el Oratorio de Isabel la Católica con su altar cerámico.

En el Alcázar de Sevilla se alojaron reyes pertenecientes a las dinastías españolas como el rey Don Pedro I de Castilla, los Reyes Católicos, el emperador Carlos V, Felipe II o Felipe V.

Actualmente es la residencia oficial de SS.MM. los Reyes de España durante sus visitas a Sevilla. Es el Palacio Real más antiguo de Europa.

En la planta baja nos encontramos con el Cuarto del Almirante, destinado por Isabel la Católica como Casa de Contratación (1503) para el Nuevo Mundo, donde se puede apreciar el retablo de la Virgen de los Mareantes o Navegantes, de Alejo Fernández (Renacimiento 1531-36) y una maqueta de un barco de la época.


En el Cuarto del Almirante se pueden observar óleos de gran formato como La Exposición Iberoamericana de 1929, de Alfonso Grosso, Fernando VII, de Carlos Blanco, o las Postrimerías de San Fernando, de Virgilio Mattoni (1887), entre otros.



Fernando III no tuvo oportunidad de realizar obras en el Alcázar de Sevilla. Su hijo Alfonso X el Sabio (1252-1284) manda a construir sobre un antiguo palacio almohade el Palacio Gótico: Sala de las bóvedas, representando el triunfo del ideario cristiano frente a pasado musulmán.

 



 


La cúpula simboliza el cielo



El Patio de las Doncellas, el Patio de las Muñecas y el Salón de Embajadores

El Salón de Embajadores es el lugar más suntuoso del palacio. El salón actual corresponde a la construcción de Pedro I. Tiene planta cuadrada (qubba) y está cubierto por una cúpula semiesférica dorada. Su bella cúpula fue realizada por Diego Ruiz en 1427 siendo una obra maestra del arte mudéjar andaluz por su magnífica ornamentación de yeserías y atauriques.




Las puertas de entrada al Salón de Embajadores son del siglo XIV de madera de lacerías geométricas decoradas con motivos vegetales.




El Patio de las Doncellas es un ejemplo de la arquitectura civil mudéjar. Fue construido a mediados del siglo XIV siendo uno de los patios más hermosos del Alcázar de Sevilla.



El Patio de las Doncellas se halla rodeado por una galería de arcos polilobulados, como una de las características del arte almohade. Los arcos centrales de cada lado son de mayor tamaño. Todos los arcos descansan sobre columnas de mármol en estilo corintio, traídas de Génova durante el Renacimiento en sustitución de los pilares de ladrillo originales.




El Patio de las Muñecas pertenecía al ámbito privado del Alcázar


Desde el Alcázar de Sevilla [I], para el blog de mis culpas, en compañía de Manuel, Jesús, Javier, Juan y Antonio...

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