lunes, 23 de marzo de 2015

Visita a la Sierra de Aracena y Picos de Aroche


Desde Sevilla hasta Aracena se puede observar cómo el olivo ha dejado de ejercer su influencia para impregnarse nuestra retina bajo un bello paisaje, entre praderas salpicadas con árboles del género "Quercus" que predomina en la dehesa como la encina, el alcornoque o el quejío (roble) que produce un exquisito alimento “la bellota” que sirve para alimentar al cerdo ibérico, en la época de montanera [de noviembre a marzo]. Existen zonas de Andalucía en la que se denomina chaparro a la encina (Quercur Ilex) y al alcornoque (Quercus suber).


En la antigua Roma la corona cívica era una distinción importante realizada con un cerco de ramas y hojas de encina con bellotas. Representaba el arrojo y la valentía de un soldado por salvar la vida de un compañero, centurión u oficial durante el combate.


La provincia de Huelva y el sur de Portugal formaron parte en tiempos pretéritos del antiguo al-Gharb andalusí en contraposición con el término Axarquía o al-Sharq al Andalus como parte oriental. Tras la expulsión progresiva de los musulmanes, los reyes cristianos formaron un cinturón defensivo denominado la “banda gallega” para protegerse de la denominada “banda morisca”, de tal modo que salpicaron de castillos territorios como Aroche, Cortegana, Cumbres Mayores, Aracena, Santa Olaya de Cala, etcétera, y que han quedado como legado de aquéllos tiempos convulsos.




Un paseo por el casco histórico de Aracena nos puede dar una idea de su rico patrimonio histórico. Como en todas las fortalezas andalusíes y posteriormente cristianas, la antigua villa desciende desde el castillo que otorga protección, consolidando su poder administrativo con el Cabildo Viejo del siglo XV y religioso con la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVII en la Plaza Alta.



El Cabildo Viejo fue utilizado como pósito, cárcel y dependencias de la villa. Las galerías mudéjares de la época acogían a los mercaderes. Su portada fue diseñada por el arquitecto Hernán Ruíz II, de orden toscano labrada en mármol de las canteras de Aracena por Domingo Nieto. 

En su friso de la portada destaca la inscripción:

“Veritas de terra orta est et iustitia de celo proxpexit. Año d 1563 "

(La verdad ha nacido de la tierra y la justicia la contempló desde el cielo). 

Lo que indica un cambio de rumbo en el pensamiento renacentista con respecto a la ideología cristiana medieval. Actualmente el Cabildo Viejo es la sede administrativa y Centro de Interpretación del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.




La Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura renacentista de la provincia de Huelva en la que participaron Diego de Riaño, Hernan Ruiz II, Pedro de Silva y Alonso Figueroa. Un templo inacabado que se abrió al culto en 1603.



El campanario pórtico da acceso al castillo del siglo XIII junto a Iglesia prioral del castillo como el templo más antiguo y emblemático de Aracena que fuera construido entre los siglos XIII y XV junto al castillo.

Es un edificio gótico-mudéjar en el que se sobresale la torre exterior, decorada con paños de sebka, con una clara influencia de la Giralda de Sevilla. Desde el castillo de Aracena -que formara parte de antiguas fortificaciones con torres intercomunicadas- se hacían señales con humo durante el día y hogueras durante la noche.


Alájar, desde la Peña de Arias Montano

A través de las dehesas de Aracena, declaradas como reserva de la Biosfera por la UNESCO, transitamos por la A-470 para llegar a Alájar donde impregnamos nuestra retina con su impresionante panorámica desde la Peña de Arias Montano donde contemplamos una de las mejores dehesas de bellotas que existe en Andalucía. En la Peña de Arias Montano se puede adquirir el tradicional queso de oveja, el pan de pueblo y algún que otro manjar ibérico de Jabugo.



Así cantó en sus versos Lope de Vega al jamón de Huelva... 

El jamón presuto era el jamón al que se le había sacado la humedad, es decir, “curado”, del término latino praesuctus.

Cuentan las páginas de la historia que en la Peña de Arias Montano se retiró a descansar el teólogo y humanista Benito Arias Montano que estuviera en el Concilio de Trento y realizara la "Biblia Regia" entre 1568 y 1572 con versiones en hebreo, griego, arameo y latín. Sus restos mortales de encuentran en el Panteón de Sevillanos Ilustres.




En la Peña de Arias Montano nos encontramos con el denominado “Arco de los novios”, un arco románico de estilo romano bizantino de los siglos VI y VII con una inscripción: 

“Cuídese el viajero de atravesarlo acompañado por una dama, será ésta la futura esposa”. 

Y una bella portada manierista del siglo XVI rematada por garitas. Muy cerca se encuentra un monolito que conmemora la visita del rey Felipe II a su consejero, el humanista Benito Arias Montano.


Peña de Arias Montano

Transitando a través de las grandes dehesas llegamos hasta Almonaster la Real donde visitamos la fortaleza con su bella mezquita edificada durante el reinado del califa Abd al-Rahman III. 

Como todas las alcazabas [al-qaṣbah] andalusíes está ubicada en la zona más alta de la la antigua medina a partir de la cual se desparraman las calles de los pueblos a la que daban protección y desde la cual se divisaban extensos territorios.

La mezquita tiene dos espacios fundamentalmente diferenciados: el patio de abluciones (san) y la sala de oraciones hipóstila (haram).




El Shan, está excavado en la roca, es de planta irregular, casi cuadrada. La pila de abluciones está labrada en granito de forma tosca.

El Haram está formado por cinco naves, la central más ancha, perpendicular al muro de la quibla, en cuyo centro se halla en minrab, el más arcaico de la península, cubierto por media bóveda de horno y alfiz con arco de herradura. El mihrab, -lugar desde el que se dirige la oración-, está situado en el muro la qibla que se orienta al sureste en dirección a La Meca. Las 5 naves el liwan se orientan lacia el muro de la quibla. Se hallan separados por arcos de herradura. 

Otro elemento importante es el alminar, desde donde el almuédano llamaba a la oración. A los pies de la torre se encuentra el aljibe.

Las columnas y capiteles del Haram están construidos con material de acarreo, romanos y visigodos. Los arcos son de ladrillos.


La mezquita de Almonaster nos aproxima a la vida de un distrito (iqlin), militar y fiscal en la época musulmana, emplazado en el interior del antiguo castillo medieval. Es una obra islámica pequeña, sencilla y elegante construida a finales del siglo IX durante el Califato de Córdoba aprovechando elementos decorativos como columnas y capiteles romanos y visigodos.

La mezquita es el monumento más emblemático del conjunto histórico de Almonaster la Real y el edificio islámico más importante de toda la provincia. Fue declarado monumento nacional del estado en 1931. Actualmente se celebran las Jornadas de Cultura Islámica, verdadero evento cultural de recuperación y evocación del pasado histórico de la villa.




El castillo mezquita es de estilo romano (mármoles y elementos sustentantes), visigodo (siglo VII iglesia visigoda), califal (siglo IX), almohade, románico (ábside) y mudéjar (pórtico del siglo XV). El campanario consta de cuatro cuerpos. El primero de planta exterior rectangular e interior circular (Omeya) rematado el conjunto con balaustrada renacentista.

El alminar sólo conserva de época islámica el tercio inferior. La mezquita de Almonaster la Real, única en España, se cristianiza a principios del siglo XIII, tras la conquista por parte portuguesa. Se le añade un interesante ábside cambiando su orientación. En el siglo XVI se abrió la puerta del muro meridional, se añadió el porche, se labró la sacristía y se sumó al alminar un cuerpo de campanas.



Plano Mezquita de Almonaster la Real

Dentro del interés etnológico destaca el fandango como expresión musical por excelencia del pueblo de Almonaster. Es cuna de seis estilos de este palo del flamenco que se han guardado como oro en paño, en las arcas de la sabiduría popular.




Por último, cercana la frontera con Portugal, visitamos Cortegana cuyo castillo a partir del siglo XIII es fiel testigo del sistema defensivo de la “Banda Gallega”. Al igual que Aracena, Alájar y Almonaster la Real, desde su castillo se observa una bella panorámica de innumerables dehesas cuyo fruto "la bellota" es el referente de los productos ibéricos en toda la comarca.




Desde Cortegana cogimos la N-433 en dirección a Sevilla transitaba cerca de Jabugo donde nos acercamos para observar el monumento a tantas generaciones de trabajadores que han estado vinculados con el jamón. 

Dejamos Jabugo para transitar hasta Higuera de la Sierra entre bellos paisajes de praderas salpicadas de encinas, alcornoques y en menor medida, el quejio que desempeña efectos reguladores sobre el ecosistema, creando un microclima más húmedo y garantizando la fertilidad del suelo a largo plazo. Existe un binomio indispensable entre cerdo ibérico y la dehesa como ecosistema. 

Poco a poco las dehesas van perdiendo su influencia a medida que nos acercamos a la provincia de Sevilla. Al entrar por el Aljarafe sevillano (la antigua al-Xaraf) atravesamos el río Guadalquivir sobre el puente del V Centenario, que nos deriva hacia la A-92, lo que nos indica que nuestro punto de origen, también en antiguas tierras de fronteras, estaba cerca.

Desde la Sierra de Aracena y Picos de Aroche para el Blog de mis culpas...



P.D. Al pasar por Santa Olalla de Cala y observar el entorno de su castillo podemos pensar el fundamental papel que desempeñó la sierra, no sólo durante la romanización para la defensa de las fronteras en Hispania sino también con los andalusíes, que salpicaron de construcciones defensivas [alcazabas] la antigua Al Ándalus. A medida que avanzaba la conquista cristiana, los pobladores musulmanes se atrincheraron en Sierra Morena con el propósito de controlar los pasos sobre la Meseta.

Uno de los pasos más importantes en esos momentos fue el de Santa Olalla, por su ubicación con respecto a la Ruta de la Plata y hacia el Valle de Guadalquivir y sur de Andalucía, lo que hizo de su castillo un verdadero punto estratégico, clave para el control de los reinos de taifas islámicos de la antigua Al Ándalus. Poco a poco los cristianos fueron avanzando sobre territorio musulmán, y acabaron tomando la antigua Isbilya “Sevilla” a mediados del siglo XIII. Con ello, Sierra Morena comenzaba a perder su valor geoestratégico.



Desde estos momentos los cristianos comienzan una ingente labor de reconstrucción de antiguas alcazabas defensivas para afianzar su poder y defenderse de presuntas invasiones portuguesas. El Castillo de Santa Olalla es un claro testimonio en la evolución histórica de estos lugares y joya del Patrimonio Histórico-Artístico del Parque Natural. El Castillo que observamos en la actualidad es de finales del siglo XIII [gótico mudéjar con caracteres almohades] y fue mandado a construir en 1296 por orden de Sancho IV bajo la jurisdicción de Sevilla [formaba parte de la banda gallega, establecida frente a los intereses expansionistas portugueses, al igual que los de Aroche, Cumbres Mayores y Frenegal de la Sierra, entre otros]. De influencia árabe es la entrada principal y la decoración de sus torres, desde las cuales se observan una impresionante panorámica del parque natural.

Su recinto amurallado de planta rectangular tiene 135 por 54 metros con un espesor de 2,30 metros. Los muros y torres están construidos en piedra. Las puertas y esquinas de las torres en cantería mientras que las bóvedas y saeteras son de ladrillos. En la muralla se conservan almenas y parapetos completado el sistema defensivo por diez torres almenadas, de planta rectangular o semicircular, que aún conservan las saeteras. Destaca la torre central, en el lado este, que defiende la entrada principal de la fortaleza, que posee un arco exterior en granito y cubierta de bóvedas de ladrillo, tanto de medio cañón como de crucería. La puerta secundaria, de sillería granítica posee disposición recta, con cubierta de medio cañón.



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