Mausoleo de Colón que se encuentra en el lado derecho del crucero de la Catedral de Sevilla. Fue diseñado por el escultor madrileño Arturo Mélida y Alinari en 1891. Cuatro grandes heraldos de bronce que representan a Castilla, León, Navarra y Aragón, portan el féretro con los restos del Almirante.
..¡Inmenso siglo, siglo de gigantes.
Que abrió Colón y que cerró Cervantes!
( «EL SIGLO XVI», Francisco Escudero y Perosso)
Monumento a Colón en Valladolid realizado por el escultor Antonio Susillo [1892]
Breve introducción
Terminada la “Reconquista” España necesitaba encontrar una vía marítima que les permitiera llegar a las especias por el poniente sin tener que bordear África [en manos de los portugueses que navegaban hacia Asia sin tener que financiar nuevas vías], mientras que el Imperio otomano ejercía su influencia en la ruta terrestre de las especias y Ruta de la Seda, cerrada por completo para el mundo cristiano a mediados del siglo XV.
En España y Europa era necesario conservar la carne y para ello, existía una gran demanda de sal y de pimienta, ésta última procedía de Oriente y de África Occidental en manos portuguesas.
En la Europa medieval se codiciaba como producto de verdadero lujo las especias de Oriente considerada “oro vegetal” cuyo comercio se encontraba monopolizado por las repúblicas italianas y cuyo valor crecía exponencialmente al pasar de mano en mano durante las largas rutas terrestres. Las especias [clavo, canela, nuez moscada, jengibre y pimienta] alcanzan entonces un precio desorbitado, lo que servirá de estímulo para atravesar los océanos desconocidos.
Y en eso llegó Colón…
Monumento a Colón en los Jardines Catalina de Ribera del Barrio de Santa Cruz de Sevilla. Obra de Juan Talavera y Heredia y la escultura de Lorenzo Coullaut Valera.
Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, tras visitar el Muelle de las Carabelas en Palos de la Frontera y el Monasterio de la Rábida en Huelva, colocamos nuestro sextante en la Casa Museo de Colón en Valladolid donde muriera el Almirante el 20 de mayo de 1506 y en el Mausoleo de Colón en la Catedral de Sevilla, complementado con la lectura del libro de Historia General de las Indias de Francisco López de Gómara [1511-1559] que nos han aportado datos suficientes para plasmar a través de unas humildes letrillas la figura de Colón en el blog de mis culpas...
Veamos unas breves pinceladas…
Cristóbal Colón [1451-1506]
Desde su ciudad natal de Génova, el joven Cristóbal Colón pronto tendrá ocasión de conocer el mundo que le rodeaba gracias al negocio mercantil al que se dedicaba su familia. Así, tras conocer varios enclaves del Mediterráneo, viajó a puntos más lejanos, como África.
En 1476 llega Colón a Portugal como náufrago, conociendo poco después a la que sería su primera esposa, Felipa Moniz de Perestrelo. Su familia política le facilitó el acceso a importantes noticias relativas a los descubrimientos geográficos de la época, lo que hizo que surgiera en Colón la idea de llegar a Oriente a través de Occidente, es decir, atravesando el Océano Atlántico.
Tras presentar su idea el monarca portugués, Juan II, Colón observó que no se le tenía en cuenta, decidiendo el genovés probar suerte en la corte castellana, donde se trasladó, ya viudo con su hijo Diego, en 1485. Entra en Castilla por el Monasterio de la Rábida, donde encontró los primeros apoyos en la persona de fray Juan Pérez. A este fraile le suceden otros amigos, como Alonso de Quintanilla, fray Hernando de Talavera o fray Diego de Deza, que facilitaron la presentación de Colón en la Corte, exponiendo su plan en Alcalá de Henares en 1486.
Siguió un periodo de negociaciones hasta 1492, año en que, con el apoyo de Martín Alonso Pinzón, realizó su primer viaje descubridor. A este viaje le sucedieron otros tres (1493, 1498 y 1502) regresando finalmente a Castilla en 1504, muriendo en Valladolid en 1506.
El objetivo esencial del viaje de Cristóbal Colón era establecer una ruta más corta hacia Asia por el oeste [Catay y Cipango] el oeste donde los comerciantes europeos obtenían las preciadas especias, sustancias vegetales usadas para condimentar los alimentos, que alcanzaban en Europa precios altísimos por el control de su comercio, casi monopolizado por los italianos, lo que se convertirá en una prioridad económica.
A finales del siglo XV, Portugal y Castilla se lanzan a ejercer su influencia en los océanos en una carrera sin precedentes con un mismo objetivo: descubrir una ruta marítima que les permita alcanzar el lejano Oriente y las míticas Islas Molucas, origen de las codiciadas especias. Aquel impulso descubridor alimentado por el afán de riqueza y la sed de conocimiento, transformará a la Humanidad para siempre.
Cristóbal Colón conocía presuntamente las teorías de Alonso de Huelva “El Prenauta” y en sus viajes buscaba una vía oceánica por Occidente que le condujera a la ruta de las especias, pero se encontró con la isla de Guanahaní “San Salvador” en las Bahamas, Cuba y La Española “Santo Domingo”. Lo que desconocían los navegantes de la época era que entre América y Asía existía el Océano Pacífico.
Existen relatos que nos hablan en el siglo XVI de la existencia de “un cierto marino, cuyo nombre hasta ahora no se sabe ni de dónde partió ni que viaje llevaba, más que andaba por el Mar Océano de Poniente…”.
Dicho marino, al parecer, se vio arrastrado por una tormenta que le llevó a parar a un mundo “fuera de toda noticia de lo que los marineros sabían” y adonde vio tierras extrañas nunca antes vistas ni oídas.
Otra tormenta llevó al anónimo explorador a la isla de Madeira, donde estaba entonces Colón, en cuyos brazos expiró el desdichado piloto no sin antes contar cuantos secretos marítimos aquella mortal aventura le había reportado.
Gonzalo Fernández de Oviedo (Historia General y Natural de las Indias, Sevilla, 1535) legó lo siguiente a las generaciones venideras:
“Quieren decir algunos que una carabela que desde España pasaba para Inglaterra (…) le sobrevinieron tales e tan forzosos tiempos, e tan contrarios, que hubo necesidad de correr al Poniente tantos días, que reconosció una o más de las islas destas partes e Indias (…) e que después le hizo tiempo a su propósito y tornó a dar la vuelta…”
Fernández de Oviedo relata la muerte de toda la tripulación y añade:
“dícese que, junto con esto, que este piloto era tan íntimo amigo de Cristóbal Colón (…) y en mucho secreto dio parte dello a Colom, e le rogó que hiciese una carta y asentase en aquella tierra que había visto”
¿Quién era este desconocido marino? ¿De qué tierra partió? ¿Dónde le encuentra Colón? Según algunos, era andaluz y Colón se tropieza con él en Madeira…
Cabe preguntarse ¿dónde y cuándo tuvo lugar ese encuentro? ¿Fue en Porto Santo? ¿Fue en Azores? ¿Fue en Madeira?
Oviedo escribió que unos “dicen que Colón estaba entonces en la isla de la Madera e otros quieren decir que en la de Cabo Verde, y que allí aportó la carabela que he dicho”.
López de Gómara prefiere ver el encuentro en Cabo Verde, mientras que Bartolomé de Las Casas se queda con Madeira, donde sabe, según él mismo escribió, que Colón residió durante un tiempo. Y allí cree Manzano ver el escenario “donde tuvo lugar el decisivo encuentro de los protonautas con el futuro descubridor de América”. Por tanto, no sería en Porto Santo.
Un barco en manos de los vientos y las corrientes que le alejan de su rumbo ¿Llegaron realmente a América?
Detalle del Monumento a Colón en Valladolid
“(los indios) tenían reciente memoria de haber llegado a esta isla Española otros hombres blancos y barbados como nosotros, antes que nosotros no muchos años”.
Presuntamente la fortuna sonríe a Cristóbal Colón al encontrarse con el prenauta, lo que es aprovechado por Colón para adquirir los conocimientos básicos para su proyecto que posiblemente Colón supiera por otras fuentes.
En 1609, el inca Garcilaso menciona la leyenda de que aquel piloto era de Huelva y que atendía por el nombre de Alonso Sánchez. Aunque no existen pruebas que la confirmen ni que la desmientan. Pero ese, será el gran secreto de Colón como información privilegiada que presuntamente le confiaría el prenauta.
Bartolomé de Las Casas escribió:
“… ya él tenía certidumbre que había de descubrir tierras y gentes en ellas, como si en ellas personalmente hubiera estado”.
Llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo y su encuentro con los indígenas
Museo Naval de Madrid
En 1492 Castilla había confiado su viaje a Oriente a Cristóbal Colón mientras que los portugueses bajaban por las costas de Guinea para expoliar el marfil, azúcar, esclavos y oro creando un gran imperio comercial con factorías en Madeira, Cabo Verde, Cabo Bojador y Guinea, aunque no penetrando en su interior, por su débil demografía.
Su potente marina barrería a cañonazos las frágiles naves musulmanas que habían convertido el Índico en su Mediterráneo islámico. Los portugueses emplearían pilotos árabes aprovechando sus conocimientos en la utilización de monzones. Una verdadera talasocracia "dominio marítimo".
En 1487, Bartolomé Díaz dobla el cabo de las Tormentas que a partir de ahora se llamará el Cabo de Buena Esperanza mientras Vasco de Gama llega a Calicut (Calcuta) el 20 de mayo de 1498, en la costa occidental de la India. En 1501, Cabral llega a Brasil.
Cristóbal Colón arribaba a las costas de América, seis años antes de que Vasco de Gama llegase a la India. De América comenzarán a venir productos coloniales como la patata, el maíz, el tomate [tomatl]. El gazpacho carecía de tomate al no conocerse en España denominándose gazpacho mozárabe, el tabaco, la caña de azúcar o el chocolate "chocahuatl".
América aparece en la proa de los españoles como un inesperado obstáculo en el camino hacia las Islas de las Especias. Durante veinticinco años se busca sin cesar un paso que permita avanzar hacia el oeste, pero, fracaso tras fracaso, el Nuevo Mundo se revela como un continente infranqueable. Castilla no abandona el objetivo, pero queda rezagada en la carrera hacia Oriente. Portugal que lleva años explorando el norte de África, toma la iniciativa en el camino a Oriente y se dirige al este bordeando el continente africano.
La influencia náutica mediterránea y andalusí forjará en Portugal y sur de España una forma de navegar propia que se traslada a la construcción naval. El arte de navegar se convierte en ciencia y las viejas carracas derivan en un nuevo concepto de nave apta para la exploración y navegación de altura: las carabelas.
Las carabelas de Colón
La carabela Pinta se encontraba capitaneada por Martín Alonso Pinzón, la nao Santa María estaba capitaneada por Cristóbal Colón y la carabela Niña, capitaneada por Vicente Yáñez Pinzón.
Era la carabela predilecta de Colón por su maniobrabilidad y ligereza. Al igual que la Pinta, fue aportada a la expedición por los vecinos de Palos. De nombre Santa Clara, fue siempre llamada la Niña por su maestre y propietario Juan Niño, de Moguer. La capitaneaba Vicente Yáñez Pinzón. En Las Palmas se cambiaría su aparejo latino por el redondo, igual al de la Pinta. La Niña se convirtió en el más marinero de los buques de la flota colombina, tanto a la ida como a su regreso a Palos, por eso Colón contó de nuevo con ella para que formara parte de la flota del segundo viaje, siendo la capitana de las tres carabelas que Colón llevó en su exploración de las islas de Cuba y Jamaica. Una vez más, en este segundo viaje fue una de las dos carabelas que regresó a la Península. Así mismo, se contó con esta nave tan adecuada para los descubrimientos en el tercer viaje colombino y en la expedición de 1501 a la Costa de las Perlas [NE de Venezuela].
Era una carabela redonda procedente de Palos [Huelva], propiedad de Cristóbal Quintero (quien se enrolaría como marinero). No se conoce su verdadero nombre y es la embarcación de la que menos datos se poseen. Desde esta “velera” carabela el marinero Juan Rodríguez de Bermejo dio la voz de “tierra” y capitaneada por Martín Alonso Pinzón fue la primera en llegar a la isla del Salvador [Guanahaní]. Más tarde se separaría de la capitana y de Colón frente a la isla de Cuba el 22 de noviembre, hasta que se reencontraron el 6 de enero de 1493. En el viaje de regreso a España, después de separarse de la Niña el 14 de febrero, a la vista de las Azores, recaló en este mes en el puerto de Bayona.
Se dice que sería Fray Diego de Deza quien puso el nombre de “La Pinta” a una de las tres carabelas de Colón, haciendo referencia con ese nombre a una medida de vino utilizada en la época. Así fue como el primer vino que se bebió en aquel continente fue el de Toro gracias a que Cristóbal Colón lo llevó en La Pinta.
La Santa María
Era una nao propiedad del maestre Juan de la Cosa. Fue construida con toda probabilidad en Galicia, razón por la que se conocía con el nombre de "La Gallega". Cristóbal Colón la eligió como capitana por ser mayor que las carabelas Pinta y Niña. Era la nave más lenta de la flota. Tras encallar en las costas del norte de la isla Española, frente a lo que se conocería como Puerto de la Natividad, Colón se quejaría de sus deficientes cualidades marineras y del excesivo calado para sus propósitos.
Cristóbal Colón murió sin pena ni gloria al ignorar su propia hazaña ya que nunca supo que había descubierto otro continente. Además le quitaron el mérito de dar su nombre a las nuevas tierras descubiertas ya que Américo Vespuccio identificó esas tierras como un Nuevo Continente, por lo cual esas tierras descubiertas se le llamó América en su honor, usurpándole ese honor al Almirante Cristóbal Colón.
El explorador y cosmógrafo Américo Vespucio fue el primero en percatarse el 17 de agosto de 1501 del descubrimiento de un nuevo continente. El cartógrafo Martin Waldseemüller instauró en su honor el nombre de América en un mapa publicado el 25 de abril de 1507 y el continente pasará a llamarse América.
Incluso veinte años más tarde del viaje de Colón, muchos cartógrafos se obstinaban en negar la existencia del continente americano al que consideraban un apéndice de Asia.
Dibujo de Cristóbal Colón pintado [en bolígrafo Bic Negro] por nuestro inolvidable compañero Juan Rodríguez Zambrana para un trabajo de historia en el desaparecido 4º de bachiller antiguo [Curso 1973-1974],
Tras las Capitulaciones de Santa Fe firmadas el 17 de abril de 1492 Colón realizó cuatro viajes al Nuevo Mundo, cada uno con rutas distintas que le permitió conocer nuevos caminos marítimos y encontrar nuevas tierras para colonizar.
El primero de los viajes fue entre 1492 y 1493. Durante este trayecto arribó a varias islas del Caribe como Guanahaní, Cuba y Santo Domingo. La expedición partió de Palos de la Frontera, el 3 de agosto de 1492, compuesta por tres naves: la Santa María, la Pinta y la Niña. Luego de atravesar muchas calamidades y la tripulación amenazar con un amotinamiento, el 14 de octubre de 1492, Rodrigo de Triana divisó tierra firme. Comenzaba así uno de los hitos más grandes del mundo: el “Descubrimiento” de un nuevo continente.
La isla en concreto era conocida por los indígenas como Guanahaní y fue bautizada por Cristóbal Colón como San Salvador, en honor a Jesucristo y a la salvación que implicaba encontrar tierra tras aquella larga travesía.
En el libro de Francisco Gómez de Gómara "Historia General de las Indias", escrito en 1552 aparece el término "cacique" en referencia al cacique taíno Guacanagari como jefe de una comunidad taína de las Antillas.
Compañeros de viaje de Colón
Martín Alonso Pinzón [1445-1493]
Vicente Yáñez Pinzón [1446-1515]
Muerte de Colón
Legado de Isabel la Católica
Martín Alonso Pinzón [1445-1493]
Nacido en la zona enmarcada entre los ríos Tinto y Odiel, perteneció a una de las importantes familias de navegantes del litoral atlántico andaluz. Poseía una gran experiencia como navegante en el Mediterráneo y el Océano Atlántico, hasta las costas de Guinea.
Capitán de la carabela Pinta, su presencia fue decisiva para el éxito del primer viaje colombino, tanto por sus conocimientos náuticos, como por su prestigio e influencia entre los marineros de la localidad. Una vez en el Nuevo Mundo, la diferencia de criterios entre Martín Alonso y Cristóbal Colón se hizo evidente al dirigirse el primero a la Isla de Babeque en busca de oro, separándose el 21 de noviembre. Ambos capitanes se reunieron nuevamente a causa de una tormenta. Pinzón llegó al puerto de Bayona [Galicia] en febrero, y Colón a Lisboa, en marzo. Ambos desembarcaron en Palos el 15 de marzo de 1493, muriendo allí poco después.
Vicente Yáñez Pinzón [1446-1515]
Al igual que su hermano Martín Alonso, era un gran conocedor en el arte de navegar. En el primer viaje colombino fue capitán de la carabela Niña, nave en la que embarcaría el genovés días después de perder la Santa María en las costas del Norte de la isla Española. En ella los dos capitanes regresarían a la Península.
Posteriormente participaría en varios viajes a las nuevas tierras descubiertas en 1492. Así, en 1500 realizó el primer viaje conocido al Brasil, descubriendo la desembocadura del río Amazonas, que llamó Santa María del Mar Dulce. Desde allí ascendió por la costa hasta el Golfo de Paria y la Española.
Más tarde participó en Burgos (1508) en una reunión convocada por Fernando el Católico con el propósito de encontrar la ruta americana hacia las Islas de las Especias, y continuó su labor descubridora llegando hasta el Yucatán junto a Juan Díaz de Solís.
Barrio de Triana [Sevilla]
Rodrigo de Triana y la deslealtad de Colón
El vigía Rodrigo de Triana [Juan Rodríguez Bermejo] avistó "tierra" el 12 de octubre de 1492 a las 2 de la madrugada desde la cofa del palo mayor en la carabela “La Pinta” que iba delante del Almirante Colón.
La hora del descubrimiento según el diario de a bordo de Cristóbal Colón sería "dos horas pasada la media noche", esto es las 2 de la madrugada del 12 de octubre de 1492, cuando se encontraban a dos leguas (marinas) de la costa, unos 11 kilómetros.
De acuerdo con el diario del primer viaje de Colón, los Reyes de España prometieron una recompensa de 10.000 maravedís a la primera persona que avistara tierra. Al estar resultando el viaje mucho más extenso de lo inicialmente previsto Colón ofreció además como recompensa por su parte un jubón de seda. Pero no la llegará a cobrar Rodrigo de Triana sino Cristóbal Colón, con lo que su comportamiento en este caso fue desleal a la vista de las informaciones que el historiador Francisco López de Gómara narra en su libro “Historia General de las Indias” escrito en 1552 relatando al respecto lo siguiente:
“Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra e hizo las señas que el Almirante había mandado. Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana…
…Y así, el marinero de Lepe se pasó a Berbería, y allí renegó de su fe, porque ni Colón le dio albricias ni el Rey merced ninguna, por haber visto él antes que nadie de la flota, lumbre en las Indias.
El segundo viaje de Colón se extendió desde 1493 hasta 1496. Descubrió las Antillas Menores (Dominica y Guadalupe), pasó por San Juan de Puerto Rico y llegó a La Española. Muy cerca de allí, fundó su primera ciudad a la que bautizó con el nombre de “La Isabela”. Después exploró Cuba, recorrió hasta La Habana, navegó al sur y descubrió entonces Jamaica.
El tercer viaje fue entre 1498 y 1500. En mayo de 1496, Colón emprendía un nuevo recorrido hacia las Indias con la intención de encontrar Cipango o la costa de China. El almirante continuaba con la idea de que cabía la posibilidad de que esas tierras antes descubiertas pertenecieran a partes desconocidas de Asia. Durante este viaje descubrió la desembocadura del río Orinoco. Ello le hizo pensar que estaba ante una inmensa porción de tierra debido a la fuerza por la cual el río desembocaba en el mar. Ante esta realidad, Colón afirmó que se encontraban en el Paraíso Terrenal que citaba la Biblia.
El último de los viajes sucedió entre 1502 y 1504, con el que exploró las costas de América Central: Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. La Corona le permitió volver a navegar en 1502 para que encontrara el paso entre las tierras descubiertas y Asia, algo que nunca logró.
Colón de alguna manera se creía ser un elegido por Dios para llevar el cristianismo a los nuevos territorios por descubrir. Sólo así, justificaría su afán de conseguir todo el oro posible en dichos territorios de cara a la conquista de Jerusalén, obsesión ésta que mantuvo hasta su muerte.
Muerte de Colón
Por otro lado, a pesar de lo logrado por el Almirante Cristóbal Colón, murió sin pena ni gloria al ignorar su propia hazaña ya que nunca supo que había descubierto otro continente. Además le quitaron el mérito de dar su nombre a las nuevas tierras descubiertas ya que Américo Vespuccio identificó esas tierras como un Nuevo Continente, por lo cual esas tierras descubiertas se le llamó América en su honor, usurpándole ese honor al Almirante Cristóbal Colón.
Colón murió el 20 de mayo del año 1506, en Valladolid, a la edad de 55 años, hundido en la máxima miseria, destituido de todos los títulos que había logrado obtener y sin saber que había encontrado un nuevo continente: suceso que cambió de manera radical todas las relaciones humanas, mercantiles, políticas, sociales y culturales que hasta ese momento se habían sucedido en la Historia.
Durante el tercer viaje [30 may 1498 - 25 nov 1500], Colón mandó cinco buques cargados de indios para España [a 4.500 maravedíes por cabeza]. La llegada de aquel cargamento viviente enfadó a la reina Isabel que sintió gran compasión y una indignación sin límites.
Aunque los pensamientos esclavistas de Colón deben ser contextualizados en la mentalidad de la época, no cabe duda de que Colón pensaba lucrarse con el comercio de los indios. Pero sería parado por la reina Isabel la Católica obligando a Colón a devolver a los indios a su lugar de origen.
La reina Isabel había dejado en su testamento tratar a los indios como súbditos castellanos, sin maltratarlos ni esclavizarlos, sino cristianizarlos y civilizarlos. Aunque la Corona intentaba proteger a los indios con leyes humanitarias para la época [Cédula de los Reyes Católicos a Nicolás de Ovando, 16 de septiembre de 1501], cuando los documentos llegaban a América, se convertían en papel mojado, continuando los patrones explotando a los indios en las minas y en los campos de cultivo.
En 1500 la Reina Isabel consideró que esclavizar a los indios era pecado. Tan sólo se esclavizarán a los caribes por ser caníbales y no someterse a la Corona.
A partir de ese momento:
¡Todos los indios serán considerados caribes!, hasta su abolición en 1542.
¡Quién iba a distinguir a un taíno de un indígena caribe en aquella Europa del siglo XV-XVI a 4.500 maravedíes por cabeza en el mercado de esclavos!
Casa del Tratado de Tordesillas
Tratado de Tordesillas [7 de junio de 1494]
El 12 de octubre de 1492 Colón había llegado a América. A su regreso, Portugal reclamó los derechos de las nuevas tierras descubiertas alegando que le correspondían por el Tratado de Alcaçovas (1479), pero los Reyes Católicos rechazaron sus pretensiones y apelaron al Papa Alejandro VI quien finalmente les dio la razón, iniciándose las negociaciones entre Castilla y Portugal para establecer un nuevo marco que rigiera el reparto de los futuros descubrimientos.
El 7 de junio de 1494, en la villa de Tordesillas, se firmó un acuerdo entre los reinos de Castilla y Portugal que fijará los límites que corresponderían a cada Corona de las tierras americanas ya descubiertas o por descubrir. El acuerdo, conocido como el Tratado de Tordesillas, dibujaba una línea imaginaria dividiendo el Océano Atlántico, de polo a polo, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, quedando para Castilla el hemisferio occidental y para Portugal el oriental.
El Huevo de Colón
En el Parque de San Jerónimo de Sevilla se puede apreciar una enorme escultura “El Huevo de Colón”, que fuera realizada por el escultor ruso-georgiano Zurab Tsereteli. Se inauguró en 1995 como donación del Ayuntamiento de Moscú a la ciudad de Sevilla. El Huevo de Colón tiene en su interior se encuentra la escultura del Almirante Cristóbal Colón que sostiene un mapa desenrollado entre la mano derecha a izquierda, y sobre el que se observan las tres carabelas.
Es la mayor escultura realizada en bronce existente en España con un peso de 500 toneladas. Tiene una altura de 32 metros dentro de un huevo por 45 metros de altura.
El monumento ha sufrido varios expolios, lo que viene a demostrar el interés que tienen algunos vándalos [cafres "kafir" en mi tierra] por su patrimonio. Hablando de huevos...
¡Ojalá los responsables hispalense le echaran los huevos suficientes para remediar este continuo expolio al patrimonio público de todos los ciudadanos!
Se cuenta que Colón, tras el regreso de su primer viaje a las Indias, llega a Barcelona el 3 de abril de 1493, donde es recibido por los Reyes Católicos. En un banquete de bienvenida ofrecido por el cardenal Pedro González de Mendoza, uno de los altos cargos intentó desacreditar a Cristóbal Colón comentando que si el almirante no hubiera descubierto el Nuevo Mundo, no habrían faltado hombres de talento y habilidad para realizar la misma hazaña.
En ese mismo instante, Colón se levantó y cogió un huevo, preguntando a los presentes si sabrían hacer que se mantuviera de pie, derecho, y sin ningún apoyo. Nadie lo logró. El navegante cogió el huevo y lo colocó justo en vertical, no sin antes haberle dado un pequeño golpe sobre uno de los extremos con la mesa. “¡Eso es muy fácil!”, le dijeron los que vieron el movimiento.
“Sí, pero a nadie se le ha ocurrido hacerlo”, sentenció Colón dejando a todos perplejos.
No cabe la menor duda de que en su época, Cristóbal Colón sería no sólo el primero en colocar un huevo derecho, sino también en tener los suficientes huevos para atreverse a lanzarse a la «Mar tenebrosa», navegando hacia poniente en busca de nuevas tierras tropezando sin saberlo con un nuevo y desconocido continente.
A partir de aquella gesta, los europeos se animaron a seguir su ejemplo, como por ejemplo Magallanes-Elcano llegando a ser los “Primeros en dar la Vuelta al Mundo “Primus Cirdundediste Me”, entre el 20 sept 1519 al 6 sept 1522.
Los restos de Colón
Si su lugar de origen junto a su vida fueron verdaderos enigmas, también lo será no sólo su cadáver sino también el lugar donde reposan sus restos.
Cristóbal Colón fue enterrado en el convento de San Francisco de Valladolid, tras sufrir un paro cardíaco el 20 de mayo de 1506, rodeado de sus hijos Diego y Hernando. Tres años más tarde, sus restos fueron trasladados al Monasterio de Santa María de las Cuevas, en la Cartuja de Sevilla, siendo acompañados por su hijo Diego Colón. En la cripta de la capilla de Santa Ana conocida como la capilla de Cristóbal Colón reposaron los restos del Almirante entre 1509 y 1536.
En 1523, los restos de Colón vuelven a cruzar el Atlántico junto a los restos de su hijo Diego para descansar en la catedral de Santa María, en la isla de La Española (actualmente compartida por República Dominicana y Haití), de especial significado para el almirante. Allí, en la catedral de Santo Domingo, sus restos reposaron hasta que en 1795 España cedió a Francia la totalidad de la isla como consecuencia del Tratado de Basilea, siendo exhumados y trasladados a la Catedral de la Habana, hasta que Cuba logró su independencia de España en 1898. Con los últimos jirones del Imperio, los restos de Colón regresaron a Sevilla para ser enterrado en su catedral.
En el año 2006 autorizó realizar unos análisis de ADN sobre los restos de huesos conservados en Sevilla, llegando a la firme conclusión de que correspondían a Cristóbal Colón, a su hermano Diego y a su hijo Hernando.
El origen de la disputa entre Santo Domingo y España es una caja encontrada en 1877 en la catedral de Santo Domingo con restos de huesos y una inscripción en su interior en la que se leía "Cristóbal Colón", lo que les hace mantener que los restos de Colón nunca salieron de la isla.
Existe otra teoría, sin embargo, vendría a confirmar de algún modo la validez de las versiones de España y República Dominicana, al apostar por que los restos de Colón fueron distribuidos en diferentes lugares y, por lo tanto, tanto los de Sevilla como los de Santo Domingo podrían ser auténticos.
Tumba de Hernando Colón en la Catedral de Sevilla
La Controversia de Valladolid de 1550
Carlos V quedaría tan impresionado con los argumentos de Fray Bartolomé de las Casas que convocó para el 15 de agosto de 1550 la Junta en Valladolid compuesta por eminentes juristas y teólogos de la talla de Domingo de Soto o Melchor Cano, pertenecientes a la Escolástica e influidos por el dominico español Francisco de Vitoria. Carlos V le llevaría a plantearse incluso abandonar las Indias si se demostraba que la actuación a nivel moral de España era ilícita.
Pero el verdadero protagonismo correspondería a Fray Bartolomé de las Casas y a Ginés de Sepúlveda, que representaban tesis antagónicas y enfrentadas en la “Controversia de Valladolid”. Se enfrentaban en el Colegio de San Gregorio de Valladolid dos posturas:
La defensa de los indígenas por parte de Fray Bartolomé de las Casas mientras que Sepúlveda invocaba la barbarie de los indígenas y la guerra justa contra los indios.
Sepúlveda como portavoz de los ricos encomenderos defendía el imperialismo tradicional, la de un pueblo dominador que ejerce la explotación sobre el dominado. Defendía incluso la guerra contra los indios para lograr su conversión forzosa al cristianismo con la finalidad de equiparar sus costumbres a las de las sociedades europeas mientras que Bartolomé de las Casas, defendía a ultranza a los pacíficos indios que de repente se vieron violentados por una jauría de codiciosos y sanguinarios encomenderos que veían en el indio una mano de obra esclava.
Colegio de San Gregorio en Valladolid
De las Casas sostenía que la única causa que justificaba la presencia española en América era la evangelización, tal como recogía el testamento de Isabel la Católica. Y dicha evangelización no podía sostenerse por la fuerza sino por medios pacíficos. Ampararse en la fe para conquistar a unos pueblos incultos tergiversaba el espíritu de la conquista. De las Casas ponía como contraargumento que ningún castigo podía aplicarse a los indios bajo la jurisdicción de la Iglesia y súbditos de la Corona. Los indios necesitaban una convivencia pacífica con los españoles bajo una importante labor evangelizadora.
En Valladolid se sometieron a discusión varias cuestiones:
· La legitimidad de la soberanía española.
· Si era lícito o no la guerra contra los indios.
· Y la naturaleza del indio.
Sepúlveda disertaba sobre la división natural entre los pueblos donde unos deben de obedecer a otros. Todo ello importado del pensamiento de Aristóteles, que justificaba la esclavitud. Los indios para Sepúlveda eran gentes bárbaras que se encontraban situados en un escalón inferior, lo que justificaba la dominación de un pueblo civilizado como España.
De las Casas contradecía los argumentos de Sepúlveda pensando que la interpretación de la doctrina aristotélica era errónea. En muchos aspectos los indios estaban más adelantados que los europeos como en medicina, astronomía o matemáticas. Sepúlveda presentaba a los indios como caníbales que no conocían la rueda siendo causa de una guerra justa.
Siete meses duraría la controversia de Valladolid resultando vencedor Fray Bartolomé de las Casas como demuestra el documento legal “Las Leyes Nuevas”, que supondrá un giro radical en la política de España en el Nuevo Mundo.
Pero en la práctica se declarará una verdadera guerra entre la clase encomendera contra España porque las Leyes Nuevas limitaban los derechos de los encomenderos sobre los indios que podían trabajar en la encomienda libremente a cambio de un salario justo. Las Leyes Nuevas proclamaban la extinción de la encomienda tras la muerte del encomendero, sin posibilidad alguna de sucesión de los herederos.
El dominico Francisco de Vitoria, creador de la Escuela de Salamanca, será el verdadero inspirador intelectual de la protección del indio americano, plasmado de una manera nítida en las Leyes de Indias. Sus lecciones magistrales serán los fundamentos del moderno Derecho Internacional y de los Derechos Humanos.
Los dominicos encabezados por Fray Bartolomé de las Casas sacudieron las conciencias de los encomenderos. En la controversia de Valladolid se habían enfrentado dos posturas antagónicas: el dominio natural de España representado por Ginés de Sepúlveda frente a la defensa a ultranza de los indios, representada por Fray Bartolomé de las Casas.
Bartolomé de las Casas para relevar a los indios de las penosas tareas impuestas por los españoles vería positivo importar negros africanos para tal fin, olvidando que éstos últimos también eran hijos de Dios.
La Controversia marcará de forma definitiva la política oficial de España y de la Corona hacia los indios. A partir de este momento, España considerará al indio como persona frágil, débil e indefenso que necesitaba la protección del Estado. Y esta protección se la brindaban las Leyes de Indias cuyas comunidades se salvarán de la extinción en América, muy al contrario de las regiones colonizadas por los británicos, donde las comunidades indias se llegarán a extinguir.
Réplica de la Nao Victoria en el Puerto de Sevilla
Cuadro de Ferrer Dalmau "Fuimos los primeros". Museo Naval de Madrid
La Primera Vuelta al Mundo “Primus Circundedisti Me” que tuvo lugar entre el 20 sept 1519 al 6 sept 1522 bajo la expedición Magallanes-Elcano.
Ante la imagen de la Virgen de la Victoria rezaría Fernando de Magallanes, en 1519, antes de comenzar su vuelta al mundo y se postraron en 1522 Juan Sebastián Elcano y los 17 supervivientes que completaron la gesta.
La Virgen de la Victoria se encontraba en el Convento de Frailes Mínimos de San Francisco de Paula en la calle Pagés del Corro de Triana. Actualmente se encuentra en la Real Parroquia de Santa Ana de Triana que comenzó a construirse en 1266 por orden de Alfonso X El Sabio debido a la curación, mediante la intervención milagrosa de Santa Ana, de una enfermedad ocular que padecía el monarca [posiblemente dolor del clavo "actual glaucoma"].
La Real Parroquia de Santa Ana se denomina "La Catedral de Triana" siendo el templo más antiguo de Sevilla [de estilo gótico-mudéjar].
Pero eso formará parte de otra interesante y didáctica historia del blog de mis culpas…
Desde la tumba de Cristóbal Colón en la Catedral de Sevilla, para el blog de mis culpas...
P.D. La polémica sobre la autenticidad de los restos del Almirante Colón estalló en 1877 cuando varios obreros que realizaban trabajos en la Catedral de Santo Domingo reabrieron la fosa y encontraron que debajo de ésta había una cámara mortuoria que contenía un féretro con fragmentos de huesos y una placa grabada con las palabras "aquí yacen los restos del primer almirante don Cristóbal Colón".
Desde entonces, los dominicanos aseguran que éstos son los verdaderos restos de Colón y que lo españoles debieron llevarse los de su hijo Diego, mientras que los españoles argumentan que son precisamente los de Diego los restos hallados en la República Dominicana.
Es posible que los restos de Santo Domingo y Sevilla pertenezcan al mismo Colón ya que cuando murió en Valladolid, sus restos se repartieron entre dos urnas de plomo.
Por tanto, una de las teorías más aceptadas es que los restos de Colón estarían repartidos entre la Catedral de Santo Domingo y el mausoleo existente en la Catedral de Sevilla ya que cuando se desenterraron sus restos en Santo Domingo solo se encontró una urna que se trajo a España, permaneciendo allí la otra.
Una guía turística en la Catedral de Sevilla afirmaba que los restos existentes en Sevilla son tan sólo de un 20% de los restos de Colón. No debemos de olvidar que por circunstancias históricas los restos de Colón han viajado más de 17.000 kilómetros o sea, casi Media Vuelta al Mundo.
En el año 2006, José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Forense de la Universidad de Granada daba una certeza absoluta de que los restos de Cristóbal Colón, con los resultados de las pruebas de ADN realizados, eran los que reposan en la Catedral de Sevilla.
"Sí son los de Cristóbal Colón, de acuerdo con los resultados de los análisis de ADN realizados".
España afirma que los restos de Colón son los existentes en la Catedral de Sevilla. Y Santo Domingo afirma lo mismo. Puede que ambos lleven razón por aquello de las dos urnas de plomo en Valladolid.
El interés histórico, turístico y cultural tendrá que esperar hasta que se puedan verificar todos los restos de ADN de Colón al completo y el rigor histórico unifique criterios.
El fundamentalismo
religioso con sus dogmas primará sobre la razón, en unos momentos históricos
donde comenzaba a cohesionarse la unidad peninsular. La inefable Inquisición
actuará como fuerza de policía moral al servicio de la Corona, destruyendo
todos los hilvanes que otorgaba la razón de la época.
No debemos de olvidar que muchos ciudadanos serían acosados por el Tribunal de la Inquisición "azote del pensamiento, de la ciencia y de la razón", en una época donde las luces brillarán por su ausencia siendo las depuraciones frecuentes no sólo en los hilos de la enseñanza. El Tribunal de la Inquisición juzgaba y condenaba mientras que el brazo secular ejecutaba dichas sentencias. Una teocracia en toda regla.
Obra de teatro "Ejecución de Galerita" en el Carnaval de Morón 2024 que representa fielmente la mentalidad de aquella época
No hace falta recordar que durante la época de Colón y la Edad Media muchos presidiarios serían condenados como mano de obra esclava a las minas de azogue [de mercurio] de Almadén y como galeotes a las galeras del rey.
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