¡A la memoria del profesor Carrillo Salcedo!
¡Antes de que te vayas Cigarrera, entre las blancas paredes de la vida, escribes con dolor tu despedida, para que te recuerde Sevilla entera. ¡Que a ti el progreso te causó una herida!
Blog de Antonio Cuevas
Breve introducción
Cuando Hernández de Toledo y Rodrigo de Jerez, trajeron del Nuevo Mundo las semillas del tabaco a España, seguro que no eran conscientes en aquel momento del daño posterior que traería consigo dicha planta solanácea. Los colonizadores europeos observaron el hábito de fumar entre los indígenas americanos cuando éstos aspiraban el humo de hojas encendidas. Los aborígenes cubanos llamaban “cohíba” al tabaco.
En Francia, el consumo del tabaco fue introducido entre la nobleza gracias al embajador de Francia en Portugal, Jean Nicot de Villamain, 1530-1600 (de ahí proviene el nombre científico Nicotina).
Por otra parte, Francis Drake llevó a Inglaterra la costumbre de fumar en pipa, que había aprendido de los “pieles rojas de Virginia, convirtiéndose el tabaquismo en una de las enfermedades más serias del principio del nuevo milenio. Recuerdo como curiosidad haber leído en una entrevista hace ya algunos años al escritor cubano Guillermo Cabrera Infante sobre el tabaco y contó una historia sobre Rodrigo de Jerez, cuando éste fumaba en el último cuarto de su casa. Un día su mujer lo descubrió y observó que su marido echaba humo por todos los orificios de su cara. Creyéndole embrujado lo denunció a la Santa Inquisición, que después de torturarlo lo hizo confesar que tenía un pacto con el diablo. Así de este modo perdió la cabeza por el humo (el tabaco lo descubrió Rodrigo de Jerez el 28 o el 29 de octubre de 1492, según Guillermo Cabrera Infante).
De América comenzaban a venir a Puerto de Indias de Sevilla productos coloniales como la patata, del taino “batata” [encontrada por Colón en su primer viaje en Haití], el chocolate, del náhuatl “xocolatl o chocahuatl” al igual que denominaban “cacahuatl” al cacao, tomate "tomatl", aguacate “ahuacatl”, chicle “tzictli”, maíz [del taíno mais], además de otros términos como canoa [del taino, caná-oua], etcétera.
Fueron los Olmecas [2000 a.C.] los primeros en utilizar el cacao “Kakawa” como ellos lo denominaban, en sus ceremonias rituales. Más adelante, los Mayas lo utilizarán también como bebida para las clases altas y los nobles relacionados con el poder político y religioso. Los Méxicas o Aztecas lo tomaban con los mismos ingredientes, pero en frío. Durante la época azteca, el comercio creció mucho en Mesoamérica, llegando a ser el cacao más valorado que el oro, y convirtiéndose en moneda corriente.
Se decía que Quetzalcoatl, dios del cacao entre otras cosas, descendía a los infiernos y vertía su propia sangre sobre los huesos de los muertos. Así, su carne se regeneraba volviendo a la vida. También se decía que era un dios bueno y generoso, que no pedía sacrificios humanos.
También cuenta la leyenda de Quetzalcoatl bajo de los cielos para transmitir su sabiduría a los seres humanos, y les trajo un regalo “el cacao”. Furiosos por el hecho de regalar un alimento divino, los otros dioses lo expulsaron, pero él prometió volver”… Por donde sale el sol”.
¡Y fue por el Este, por donde llegó Hernán Cortés!
Ese será el motivo por el cual Moctezuma confundió a los españoles como enviados del dios Quetzalcóatl, que vendría por el Este.
Por otro lado, la Casa de la Contratación en Sevilla a partir de 1503 se encargará de controlar y fiscalizar todo el comercio y barcos que España enviaba al Nuevo Mundo y los que llegaban a Sevilla como Puerto y Puerta de Indias llegando a gozar desde el siglo XVI de privilegios comerciales que le permitirán ostentar el monopolio comercial entre España y el Nuevo Mundo.
Tras la Guerra de Sucesión y la llegada de Felipe V el Estado acabará con los arriendos del tabaco a particulares encargándose a partir de entonces la Hacienda Real. Por consiguiente, el tabaco se convertirá en una valiosa mercancía, asumiendo el Estado a partir de 1730 su completo control.
El primer cargamento de tabaco a España vino de México en tiempos de Hernán Cortés. Por tal motivo, existen en las jambas de la portada de la antigua Fábrica de Tabacos varios medallones con los bustos de Colón, Hernán Cortés, los indios fumando en pipa, las carabelas, los fardos de tabaco y los molinos con muelas para moler tabaco que se consumía en polvo [170 molinos y 200 caballos llegó a tener la Fábrica de Tabacos]. No cabe duda de que es una fachada cargada de simbolismos.
La orientación Sur de la Universidad de Sevilla cercana al Palacio de San Telmo
Desde la tierra de Villalón, de la Cal y del Flamenco, orientamos nuestro sextante en busca de la antigua Fábrica de Tabacos, convertida a partir del año 1954 en la Universidad de Sevilla y sede del Rectorado. No cabe duda de que hablar de la antigua Fábrica de Tabacos es hablar de la Universidad de Sevilla y viceversa. Una perfecta simbiosis entre historia y cultura con letras mayúsculas.
El punto de encuentro de nuestra visita estaba previsto sobre las 11,00 horas en la puerta principal del Rectorado. Nos esperaba Francisco José como cicerón de la Universidad de Sevilla para ilustrarnos "in situ" sobre la historia de la antigua Fábrica de Tabacos [Universidad de Sevilla desde 1954 y sede central de dicha institución docente]. La grata visita duró una hora y media donde intentamos asimilar entre breves pinceladas toda su historia con alguna que otra leyenda incluida.
Recuerdo cuando era niño, sería a mediados de los años sesenta del siglo pasado, cuando acompañaba a mis padres a la capital hispalense [los tartessos la llamaban Ispal, tierra llana", romanizada siglos más tarde como Híspalis e islamizada en tiempos de Al Ándalus como Isbiliya]. Al pasar por la calle San Fernando, nuestra retina captaba siempre nuestra atención con aquellas garitas de vigilancia labradas en piedra con su enorme foso, que mis frágiles entendederas imaginaban con agua, dándome la impresión de que pasaba ante una sólida fortificación que tan sólo había visto en las películas.
La Real Fábrica de Tabacos se ubicó a extramuros de la ciudad, en un lugar conocido como "Las Calaveras", por haber sido un antiguo lugar de enterramientos romanos, ubicado entre la Puerta de Jerez, la Huerta de la Alcoba de los Reales Alcázares, el Colegio de San Telmo y el Convento de San Diego, muy cerca del río Guadalquivir por donde entraba el tabaco indiano.
Su construcción comienza en 1728 culminando las obras en 1770 [bajo el reinado de Fernando VI y Carlos III], sólo siendo superado en dimensiones tan solo por el Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. A partir de su construcción se expande la ciudad de Sevilla hacia el Sur.
El enorme foso en tres de sus lados [Avenida del Cid, calle Palos de la Frontera y Doña María de Padilla] tenía como misión evitar que se pudiera sacar tabaco de contrabando de la Fábrica de Tabacos.
¡Cuenta la leyenda que en el foso de la Fábrica de Tabacos de Sevilla existían caimanes traídos de América para impedir que algún que otro amigo de lo ajeno se lo pensara dos veces ante de intentarlo!
En tiempos de la antigua Fábrica de Tabacos tan solo existía una Puerta Principal para entrar con dos garitas custodiadas por soldados de la Corona. A lo largo de su perímetro se puede observar una garita en cada vértice del edificio, con lo que la vigilancia era completa. La cancela de entrada se realizó a partir de 1837.
La Real Fábrica de Tabacos albergaba entre sus galerías y patios tal cantidad de cigarreras tras la Guerra de la Independencia que llegó a tener su propia guardia encargada de vigilar los delitos cometidos dentro del recinto. De hecho, era muy frecuente que una cigarrera fuese encarcelada por intentar sacar tabaco a escondidas.
El intendente tenía plena potestad para imponer penas de cárcel a los trabajadores y Cigarreras en la Fábrica de Tabacos. Cualquier trabajador que entrara en la cárcel seguía trabajando durante su jornada laboral mientras durase la condena [pero sin cobrar su salario] volviendo a dormir a la cárcel.
Las celdas de abajo que eran más frías y llenas de humedad estaban destinadas a los trabajadores y Cigarreras implicadas en algún motín, reyerta o pelea mientras que las celdas de arriba estaban destinadas a las clases más privilegiadas como conserjes, personal de oficina o algún operario que se hubiera apropiado de lo ajeno.
Puerta de entrada de la antigua Cárcel que da acceso al Departamento de Historia Universal Moderna y Contemporánea
Al entrar en la antigua Cárcel se puede apreciar un azulejo con una leyenda del erúdito y cronista sevillano F. González de León [Sevilla, 1790 - ibidem, 1854] que entre otras cosas dice:
La Cárcel era particular para empleados y operarios. Gozaba de Fuero Privativo. Por dentro era muy cómoda para los presos. Con muy buenos calabozos y galeones. El piso alto son prisiones muy decentes y cómodas para empleados y presos distinguidos
Óleo “Las Cigarreras” 402 x 305 cm. Gonzalo Bilbao, 1915
Sala XII. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Hablar de la antigua Fábrica de Tabacos de Sevilla es hablar de la figura de las Cigarreras que trabajaban durante doce horas diarias a destajo llegando a ser verdaderas pioneras en los derechos laborales de la mujer. Consiguieron a través de su lucha una sala de lactancia y una zona de guardería para los niños pequeños, vigilados por las Cigarreras más viejas, e incluso lograron que le construyeran una Capilla para los asuntos religiosos ya que se tenían que desplazar a la Parroquia de Santa Ana en Triana para rezar, perdiendo mucho tiempo de trabajo a juicio del Intendente, circunstancia que no gustaba mucho al Intendente, el jefe superior que manejaba los recursos financieros.
Las chicas cigarreras de Sevilla
Gonzalo Bilbao
Por otro lado, las Cigarreras vestían con mucha elegancia con aquellos vestidos sueltos con volantes y flores en el pelo. Sevilla en su honor tomará el traje de las Cigarreras como el germen de los trajes de gitana.
Etimológicamente "Farah" en andalusí significa "alegría" y "lebs" traje. "Faralaes" era y sigue siendo por tanto el traje de la alegría. Por eso, cuando las mujeres se visten con sus elegantes trajes de flamencas se están vistiendo de alegría. Muchas veces ignoramos la etimología de las palabras y el origen de las fuentes que la nutren. De "faralaes" proviene el término "feria" y lo contrario "malfario".
No hace falta recordar que la casa de Blas Infante en Coria del Río se llamaba "Dar al-Farah" o Casa de la Alegría. Por lo tanto, las Cigarreras se vestían de alegría.
No cabe duda de que al visitar la antigua Fábrica de Tabacos y observar la plazuela con su bella portada barroca [denominada de la Fama o del Rectorado], nuestra imaginación nos proyecta la figura de Carmen la Cigarrera, ejemplo de una mujer libre y obrera durante la época reaccionaria de su tiempo, así como la Ópera Carmen de Bizet/Toreador [1875] o el óleo de Gonzalo Bilbao “Las Cigarerras” [1915], que se puede apreciar en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, y cuyas estampas costumbristas nos introducen en aquella España sombría del siglo XVIII donde el bandolerismo, con los sombreros de catite y las facas en la faja brillaban con luz propia, lo que no pocas veces nos introduce en la poesía de Fernando Villalón "Diligencia de Carmona".
En 1757 se terminó la obra de la Fábrica de Tabacos comenzando a funcionar el 9 de Julio de 1758. La Real Fábrica de Tabacos se financió gracias a las elevadas rentas que proporcionaba el comercio del tabaco indiano. Cabe imaginar las miles de Cigarreras entrando y saliendo de su trabajo por la plazuela, como también cabe imaginar las decenas o cientos de reatas de acémilas y carros que transitaban su preciada carga desde el Puerto de Indias al Patio de Arrieros ubicado en la antigua Fábrica de Tabacos de Sevilla.
Es el segundo edificio civil más grande de España, totalmente simétrico y con 120.000 metros cuadrados. Un enorme volumen de tabaco del Nuevo Mundo para construir un edificio de esa envergadura.
El hispanista inglés Richard Ford denominó a la Real Fábrica de Tabacos “El Escorial tabaquero” en 1845 por sus dimensiones.
El monumento de Carmen La Cigarrera se encuentra en el Paseo de Colón, frente a la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla. Fue realizado por Sebastián Santos Rojas en 1973. El personaje de Carmen de Mérinée encontrará la muerte en la Puerta del Príncipe de la Plaza de Toros de Sevilla por culpa de su celoso amante, un militar de origen navarro llamado don José Lizarrabengoa, que llega a convertirse en facineroso y asesino por culpa de su apasionado amor por la bella gitana cigarrera.
La ópera dramática “Carmen” de Georges Bizet está basada en la novela homónima de Prosper Mérimée. Se desarrolla en Sevilla, alrededor de 1820. Bizet, nunca llegará a conocer la enorme popularidad que iba a alcanzar su "Ópera Carmen", al morir el 3 de junio de 1875 de un ataque al corazón, con tan sólo 36 años de edad.
La recuerdo, siempre sentada en un sillón de mimbre con el pelo blanco tirante y recogido en un moño sobre la nuca; con un grueso cigarro de tabaco negro entre los dedos y entre el humo gris que envolvía, como a las diosas que pintan entre nubes, su figura curvada sobre sus espaldas; y una cara que nos daba noticias inequívocas de la hermosura corporal que debió lucir en su juventud y madurez.
Vivía en Sevilla, en la Calle Antolínez, junto a la Gavidia, y contaba más de cien años. Se llamaba Carmen y era la madre de mi abuela Antonia y abuela de mi madre, Pilar Triano. Y en el brillo de sus ojos y entre la destreza de sus dedos amarillos de nicotina, asentaba el orgullo que acompañaba sus palabras cuando me contaba historias de su oficio: había sido, y seguía siéndolo por su gesticulación personalísima, cigarrera en la Fábrica de Tabacos de Sevilla.
De todas las historias escuchadas de su boca, en aquellos tiempos de camillas con braseros de cisco picón encima del cisco carbón, encendidos con soplillos de palmas, había una que siempre me estremecía, una que tomó de los labios de su madre, la de su tocaya Carmen; la de la cigarrera gitana que mataron, por sus amores con un picaó en la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. La de Carmen la de Triana, orgullo de sus compañeras de trabajo por liderar cuantas sublevaciones se organizaban contra los convencionalismos sociales de la época que aplastaban la libertad y la dignidad de las mujeres trabajadoras. La historia de la trianera que murió asesinada y vivió acorralada por cinco razones que llegan hasta nuestros días: querer ser LIBRE siendo POBRE, MUJER, OBRERA y GITANA.
Salvador Távora
La retina del recuerdo me proyecta aquel viernes 27 de enero de 2012, cuando tuve la satisfacción de asistir con mis amigos a la representación de la obra "Carmen", de Salvador Távora en el teatro “La Cuadra de Sevilla", en la antigua Hytasa.
La noche del 9 de junio de 2018 se me presentó de nuevo la oportunidad de ver "Carmen" de Salvador Távora, pero sería en esta ocasión en la Plaza de Toros de mi pueblo, ubicada en la tierra de Villalón.
Un gran espectáculo de tradición andaluza que despertaba nuestros sentidos. El olor a incienso, a cante jondo y buen toque de guitarra entre sombreros de catite y trajes de la época, que nos iba introduciendo poco a poco en el contexto histórico de comienzos del siglo XIX, donde las ansias de libertad de un pueblo brillaban con luz propia. Las Cigarreras como mujeres trabajadoras intentaban con muchas dificultades sacar sus humildes hogares adelante y al mismo tiempo luchar por sus derechos sociales en un mundo reaccionario donde la justicia social brillaba por su ausencia.
En la obra de Carmen, los cantes nos van introduciendo en la escena interpretando palos del flamenco como deblas y martinetes, caña, bulerías, etcétera, sin olvidar que el toque de las guitarras son una parte fundamental para acompañar los cantes y bailes por seguirillas, soleá, alegrías o bulerías.
Los toques de cornetas y tambores por parte de la Banda de las Tres Caídas de Triana acompañan a la obra con marchas como "Rocío", "Angustias" con solos magistrales.
Fotogramas de la película "Carmen" de Vicente Aranda [2003]
Las Cigarreras entran en la Fábrica de Tabacos para comenzar su jornada laboral
Una ópera andaluza interpretada por un magnífico reparto entre actores, actrices, cantaores, guitarristas y jinete a caballo de alta escuela, acompañados por la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo de las tres Caídas que hicieron las delicias de todos los asistentes a tan magno acto cultural en un teatro abarrotado de público. Al finalizar la obra de Carmen nos llevamos un grato recuerdo de aquel inolvidable momento con Salvador Távora que fue captado por el objetivo de nuestra cámara y que guardamos en la retina de nuestro recuerdo con cariño.
Con Salvador Távora tras la representación de "Carmen"
Teatro La Cuadra de Sevilla. 27 de enero de 2012
Carmen es una novela trágica escrita en 1845 por el escritor francés Prosper Mérimée, ambientada en la España exótica, singular y romántica que sirvió de inspiración a Georges Bizet para su popular ópera que se estrenó en París el 3 de marzo de 1875 y que no llegará a ver en vida la enorme popularidad que alcanzaría su inmortal "Carmen".
El picador Lucas será transformado en la ópera de Bizet en el torero Escamillo
Carmen fue una gitana cigarrera y trianera, cuya vida y muerte, entre el primer cuarto del siglo pasado, generó una leyenda popular. Cuando Mérimée escribe Carmen, en 1845, a los quince años de escuchar de la boca de la Condesa de Montijo la popular leyenda, lo más probable es, tratándose de la imaginación de un novelista, que personajes, paisaje, formas y costumbres de un entorno cultural lejano al suyo, en el que vivió de paso en 1830, se le mezclen los recuerdos y pasen a protagonizar una historia cuyos puntos de partida fueron austeros e insólitos, y de ninguna manera típicos ni tópicos; y de ahí que por ser hechos inhabituales en la vida de esa sociedad donde se produjeron, conmocionaran al medio y se convirtieran en leyenda.
Entabló Carmen amores con un militar vasco llamado D. José Lizarrabengoa, quien, tras participar en una redada de gitanos en Triana y atraído por su singular belleza de mujer, la toma del suelo, caída y atropellada, y evita su detención. En la sociedad sevillana de aquel tiempo (y quizás también de éste) el emparejamiento público de un hombre castrense con una gitana sin pasar por ningún registro civil ni bendición eclesiástica alguna, fue un acto escandaloso y provocativo que zamarreó a la pequeña y alta burguesía sevillana encorsetada en costumbres sociales inviolables.
En el curso de ese descarado concubinato, Carmen, desde su condición de mujer libre sin dependencia económica de un hombre por su trabajo de cigarrera, se destacó, acrecentando el escándalo de sus amores, capitaneando cuantas revueltas reivindicativas de los derechos de la mujer en el trabajo se levantaban en el clima industrial donde se desenvolvía. Asumió posturas políticas progresistas que la llevaron a liderar importantes conquistas en el campo de las incipientes libertades de la mujer andaluza.
Eran tiempos donde al General Rafael de Riego, sublevado en el pueblo sevillano de Las Cabezas de San Juan en 1820 en el marco de una conspiración en favor de la Constitución de 1812 derogada en 1814 por Fernando VII, se le recibía en Triana con toques de campanas entre el fervor popular. Años después, el 7 de noviembre de 1823, Rafael de Riego sería ahorcado en Madrid [en la Plaza de la Cebada] por haber votado, como diputado en las Cortes reunidas en Sevilla, por la suspensión temporal de los poderes del monarca.
Estos dos hechos, ya provocativos y capaces de engendrar una leyenda por sí solo, se agigantan por un suceso que conmueve a la sociedad andaluza en general: las graves heridas que el militar de Elizondo le produce en una reyerta a un oficial de su regimiento, por celos en sus amores con la cigarrera. Encarcelado D. José Lizarrabengoa, Carmen le guarda fidelidad que subraya con constantes visitas a la prisión donde el militar cumple su condena. Y al obtener D. José su libertad reanudan, con toda su intensidad, sus públicas relaciones amorosas y cotidianas. Y es entonces cuando se produce el hecho más sangrante y doloroso de la historia: la muerte de Carmen apuñalada con una bayoneta militar por su amante.
Carmen, enamorada de Lucas, un picador famoso en la historia de las corridas de toros del siglo pasado, desde su libertad de mujer sin compromiso, decide compartir su vida con el admirado picador. Su amante, D. José Lizarrabengoa, intransigente y herido en su honor, da muerte a la gitana al término de una corrida de toros en la que Carmen, asistiendo a la fiesta acompañada de sus compañeras de trabajo, había sido galanteada por el jinete.
Ser matador de toros en la última mitad del siglo XIX y comienzos del XX era el equivalente del héroe fielmente reflejado en la ópera dramática "Carmen" de Bizet/Toreador/El torero Escamillo [1875].
Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla
Tras su muerte, en la Puerta del Príncipe de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Carmen se convierte en una mítica referencia del debate de la mujer por su libertad, y se consolida definitivamente como leyenda desde el momento en que se escuchan por Triana y Sevilla los tiros de la ejecución de su machista amante, el oficial vasco de un Regimiento de Caballería, D. José Lizarrabengoa.
Una historia, una leyenda de transmisión oral llena de rigurosos y atrevidos comportamientos, de dignidades y libertades, enraizada en nuestra cultura popular y ajena a la visión literaria y romántica del siglo.
Cuenta una antigua leyenda de tinte machista que cuando las cigarreras entraban en la Real Fábrica de Tabacos, había ocasiones en las que el ángel tocaba la trompeta de forma aleatoria cada vez que pasaba una chica virgen bajo la estatua y que por esa razón llevaba sin sonar 300 años. Más allá de esta desafortunada leyenda, el ángel de la Fama simboliza el camino que hay que recorrer para alcanzar la gloria.
La historia de Carmen la Cigarrera nos ha proporcionado sólidos argumentos para realizar nuestra particular visita a la antigua Real Fábrica de Tabacos [Universidad de Sevilla], que junto con nuestro cicerón, hemos podido recoger entre breves pinceladas éstas humildes letrillas para compartir con los amigos del blog de mis culpas…
En el segundo patio de la Universidad se puede observar una máquina liadora de la marca Vilaseca que captaba nuestra atención. A comienzos del siglo XX, la necesidad de incrementar la producción de tabaco originó innovaciones técnicas a favor de la mecanización. Una máquina liadora de la marca Vilaseca [1920], diseñada por la fábrica La Maquinista Valenciana. Era una liadora de cigarrillos en picadura al cuadrado, movida a motor, capaz de liar entre 30 y 40 cigarrillos por minuto, mientras que una cigarrera era capaz de liar entre 5 y seis cigarrillos por minuto, lo que redujo considerablemente la mano de obra femenina.
El comienzo de la producción a gran escala será el declive de la profesión de "Cigarreras". Las máquinas serán vistas como un verdadero enemigo para el empleo, uno de los grandes temores para la clase obrera durante la Revolución Industrial, que en aquella época, si no trabajaban no comían.
Escultura de la Fama, símbolo de la Universidad de Sevilla. La trompeta significa “la verdad”. La trompeta y alas de la escultura de la Fama son de bronce junto con las azucenas que se encuentran a su lado representando la pureza de la Virgen María.
La Universidad de Sevilla [Antigua Fábrica de Tabacos]
La ciudad de Sevilla obtuvo de los Reyes Católicos una Real Cédula expedida el 22 de febrero de 1502 para la fundación de su Universidad. El arcediano Maese Rodrigo Fernández de Santaella y Córdoba fundó en 1505 el Colegio de Santa María de Jesús, que fuera el origen de la Universidad de Sevilla, y donde se contemplaba las enseñanzas de Artes, Lógica, Filosofía, Teología, Derecho Canónico y Civil y Medicina. En 1771 se produjo la separación definitiva del Colegio de Santa María de Jesús de la Universidad de Sevilla.
La visita guiada previa cita en la antigua Fábrica de Tabacos, sede principal de la Universidad de Sevilla, nos ha permitido visitar distintos espacios patrimoniales como el Patio del Reloj, la Capilla o la Gipsoteca [colección de moldes de yeso].
El punto de encuentro estaba previsto en la puerta principal del Rectorado. A las 11,00 a.m. nos esperaba Francisco José como cicerón de la universidad para ilustrarnos "in situ" sobre la historia de la antigua Fábrica de Tabacos [Universidad de Sevilla desde 1954 y sede central de dicha Universidad].
Se observa una perfecta simbiosis entre la antigua Fábrica de Tabacos y la Universidad.
Destaca su fachada principal de estilo barroco en piedra caliza de las canteras de Morón y de la Sierra de Estepa, que da a la Avenida de San Fernando, siendo la primera fábrica de tabacos establecida no sólo en España, sino en Europa.
La fachada principal se encuentra coronada por una figura femenina alada que mira a la salida del sol, tocando una trompeta como representación alegórica de la diosa Fama, mensajera de Júpiter y emblema de la Universidad. La escultura fue realizada en mármol por el portugués Cayetano Da Costa entre 1755 y 1756.
La Puerta de entrada de la Fábrica de Tabacos se hizo con Madera de Caoba de Guinea. Era la única puerta de entrada de la Fábrica de Tabacos.
En el siguiente cuerpo se abre un balcón sobre el que se lee la inscripción “DEL REYNADO DE FERNANDO VI. AÑO MDCCLVII” (1757) y, ocupando casi todo el frontón triangular de la portada, un enorme escudo con las armas reales.
Remata todo el conjunto el que probablemente es el elemento más reconocible de la fachada: una escultura de la “Fama”, adoptado como logotipo de la Universidad de Sevilla.
En la planta alta de la fachada barroca se encuentra el Paraninfo de la Universidad destinado para actos institucionales. El emblema real de la fachada principal se encuentra rematado por una escultura de la Fama, representación católica del dios Juno.
Las dimensiones de tan magno edificio son de 185 x 147 metros presentando una orientación Este-Oeste [desde la Avenida del Cid a la Calle de Doña María de Padilla], con dos plantas, siendo la fachada Norte o de La Fama la principal del edificio que fuera realizado por el arquitecto e ingeniero militar Sebastián Van der Borcht entre 1751-1754 quien también diseñó el último cuerpo de la Torre del Oro. La fachada principal se encuentra flanqueada por la Capilla en el extremo noroeste y la antigua Cárcel, en el extremo opuesto.
Destaca en su fachada un hermoso arco de medio punto flanqueado por dobles columnas que sustentan un balcón abalaustrado. Un frontón partido y decorado con emblemas reales remata el conjunto, sobre el que se elevan unos jarrones de azucenas coronado con la escultura alegórica de la Fama, emblema de Universidad de Sevilla.
Desde el exterior se puede apreciar el refuerzo de la seguridad del edificio protegido por un enorme foso con garitas de vigilancia que lo rodeaba completamente, lo que nos muestra rasgos castrenses, además de renacentistas, barrocos (fachada central y bóvedas en la zona actual del Rectorado) e incluso neoclásico en algunos de sus patios.
El sistema de una cimentación profunda en la Real Fábrica de Tabacos se realizó mediante una serie de galerías subterráneas a través de arcos invertidos, único en España, que dotan al edificio de una enorme resistencia ante posibles terremotos y humedades por la cercanía del antiguo arroyo de Tagarete y el río Guadalquivir que provocaba no sólo un suelo fangoso sino también una gran inestabilidad en el terreno, lo que explicaría la resistencia del edificio al terremoto de Lisboa de 1755. Destaca entre los sólidos pilares de piedra las conchas de ostiones para amortiguar los posibles movimientos del terreno.
El terremoto de Lisboa de 1755 dejó en Sevilla más de 10.000 muertos. Nos dijo nuestro guía que extrapolando la magnitud del terremoto a la Escala de Richter actual sería de 9,5º, lo que nos puede dar una idea del devastador seísmo. Tan sólo la Giralda y la Fábrica de Tabacos de Sevilla se salvaron de la catástrofe.
Entre 1849 y 1858 se entuba el arroyo Tagarete que atravesaba el flanco norte de la antigua Fábrica de Tabacos sirviendo como defensa natural al actuar de foso. Ese será el motivo por el cual sólo tenga tres fosos: este, sur y oeste. El Tagarete que pasa entubado cerca del Rectorado desemboca en el río Guadalquivir, cerca de la Torre del Oro.
En su mano derecha porta un pergamino de la bula papal de Julio II de 1505
Patio del Reloj. Foto Universidad de Sevilla
Vista del patio del Reloj desde la Gypsoteca [colección de reproducciones de yeso]. Etimológicamente Gypso proviene del griego "γύψος" -gypsos-, que significa cal viva o tiza. Puestos a pensar en las antiguas siglas, en los años 70 del pasado siglo existió una fábrica en mi pueblo denominada "YEPSA" «Yesos, Escayolas y Prefabricados, Sociedad Anónima». Tal vez haya sido una casualidad que se parezcan ambos términos.
Entramos por la fachada Norte o de La Fama [ubicada en la calle San Fernando], emblema institucional de la Universidad de Sevilla. Al pasar la portada principal o fachada Norte encontramos un amplio vestíbulo. El zaguán sirve de acceso a dos escaleras simétricas que conducen al nivel del Paraninfo de la Universidad.
En la planta baja de la Universidad de Sevilla se encuentra el molde original en yeso que sirvió al escultor sevillano José Lafita para la realización de la escultura de Elio Antonio de Nebrija.
Monumento en bronce de Elio Antonio de Nebrija en su ciudad natal, Lebrija
Elio Antonio fue “padre de la Gramática española, sabio universal y primer Humanista español”.
Continuamos en dirección Norte-Sur para encontrarnos con el Patio del Reloj, de la Cuadra o de los Arrieros.
Figura una leyenda "Se hizo esta Real Fábrica. Año de 1759. Reinando Carlos III. Joseph Gutiérrez fecit"
En el Patio del Reloj se encuentra sobre un elevado pedestal una estatua en bronce macizo de Maese Rodrigo Fernández de Santaella y Córdoba, fundador en 1505 del Colegio de Santa María de Jesús, que fuera el germen de la Universidad de Sevilla.
En el Patio del Reloj se recibía la mercancía en grandes toneles venidos de América que se sacaban en fardos.
El Reloj de Carrillón tiene 250 años.
La Relojería Teruel viene una vez al mes para su mantenimiento
El Patio de la Fieldad o de la Fuente es el punto de confluencia de las cuatro puertas universitarias, lo que permite que se desarrolle una intensa vida universitaria. En dicho patio en tiempos pretéritos descansaban las Cigarreras que fumaban puros, lo único gratis que podían adquirir.
En el Patio de la Fieldad se pesaba el tabaco en el denominado el Fieldado de las balanzas. En las azoteas del piso superior se dejaba secar el tabaco durante dos o tres meses. Cuando estaba seco se volvía a pesar para conocer el peso que había perdido.
En su parte central se encuentra una fuente con surtidores diseñada por Cayetano da Costa en 1756. Es el centro geográfico del edificio totalmente simétrico donde confluyen las cuatro puertas principales del edificio "La Fama", entre la Puerta de Jerez y la Fuente del Prado, "Derecho" en la Avenida del Cid, "Ciencias" que da a la calle Palos de la Frontera y "Geografía e Historia" que da al Hotel Alfonso XIII.
Las tres puertas restantes "Derecho", "Ciencias" y "Geografía e Historia" pertenecen a comienzos del siglo XIX. Su Biblioteca fue fundada en 1505 destacando la Biblia de Johannes Gutenberg y el Plano de la ciudad de Sevilla de Pablo de Olavide. En el año 1959 la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla fue declarada Bien de Interés Cultural [B.I.C.].
En la planta baja también se puede apreciar rótulos de las distintas profesiones a incluso el término "retrete", ya en desuso.
Todavía se puede apreciar en la puerta de los despachos de los profesores una placa de cerámica con un número de los antiguos calabozos. Curiosamente se remonta a los inicios de la Real Fábrica de Tabacos, que tenía una Cárcel y guarnición propia para poner orden en el interior debido al gran numero de trabajadores que prestaban allí sus servicios.
La ironía del destino ha querido que ene lmismo calabozo donde las personas cumplían sus penas sean ocupadas en la actualidad por despachos de los profesores.
La Universidad de Sevilla representa la Excelencia como verdadero desafío a través de la investigación y una docencia de calidad. En aquel histórico lugar se encuentra la sede del Rectorado desde 1954 junto con las Facultades de Filología y Geografía e Historia, ofreciendo estudios de Grado, Master y Doctorado en diversas lenguas.
La Universidad de Sevilla entre sus diversos Campus tiene 80.000 alumnos con cuatro licenciaturas. La Facultad de Derecho se marchó a un campus nuevo en la Avda. de la Enramadilla [Viapol] y en el futuro las demás licenciaturas se irán marchando a sus respectivos campus quedando la Fábrica de Tabacos como un gran museo que abarcará todo el valioso Patrimonio de la Universidad de Sevilla así como el Rectorado.
Puerta Este de la Universidad [antigua Facultad de Derecho]
El ala Este de la antigua Real Fábrica de Tabacos linda con la Avenida del Cid donde se encuentra el monumento homónimo. No debemos de olvidar que en tiempos muy pretéritos estuvo ubicado en aquel lugar el Quemadero de la Inquisición. La última ejecución tuvo lugar el 24 de agosto de 1781 con la condena a morir en la hoguera por hereje la beata Dolores, que para más "inri" era ciega. Finalmente se arrepintió, siendo ajusticiada a garrote vil y su cadáver arrojado en el Quemadero del Prado.
¡Animalito, como se dice en mi pueblo!
Hablar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla es recordar la figura de Juan Antonio Carrillo Salcedo, Profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Sevilla. Paisano de Morón, andaluz universal y europeísta convencido, fue especialista en Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Don Juan Antonio tenía su despacho en la Real Fábrica de Tabacos [con 22 años obtuvo el grado de licenciado en Derecho [1956] y con 24 años ya era Doctor [1958].
En 1959 obtuvo el Diploma cum laude de la Academia de Derecho Internacional de La Haya, siendo el primer español en obtener dicha distinción. Academia de Derecho Internacional de la que fue profesor en las sesiones de 1978.
Fue catedrático de Derecho Internacional Público y Privado en las Universidades de Granada (1963-1974) y Autónoma de Madrid (1974-1980). En 1980 regresó a Sevilla como catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, cátedra que ocuparía hasta su jubilación administrativa en el año 2005. En el ámbito de la gestión universitaria, fue decano de las Facultades de Derecho de las Universidades Autónoma de Madrid y Sevilla.
Al margen de su vida académica y universitaria, don Juan Antonio Carrillo Salcedo, dentro del Consejo de Europa, fue el primer español elegido para ocupar un puesto en la Comisión Europea de Derechos Humanos (1979-1985), siendo elegido posteriormente magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, entre 1986 y 1990, cargo al que renunció para dedicarse exclusivamente a la docencia en la Universidad de Sevilla, ubicada en la antigua Real Fábrica de Tabacos.
El Profesor Carrillo Salcedo fue uno de los dieciséis miembros del Curatorium de la Academia de Derecho Internacional de la Haya hasta 2012 y el primer español que obtuvo el prestigioso Diploma de Derecho Internacional de dicha Academia.
Dirigió más de treinta tesis doctorales en las Universidades Autónoma de Madrid, Coímbra, Córdoba, Deusto, Granada, Las Palmas, Santander, y Sevilla, siendo distinguido, además, como Doctor Honoris Causa por las universidades Carlos III de Madrid, Málaga, Córdoba y Huelva. Fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 2009.
Cristo de los Estudiantes en la Capilla Universitaria
Tiene como Titulares al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a la Virgen de la Angustia. El Santísimo Cristo de la Buena Muerte es una imagen realizada por Juan de Mesa en 1620, para los padres jesuitas quienes tenían su Casa Profesa en la actual iglesia de la Anunciación, que después sería sede de la Universidad hispalense.
La imagen de María Santísima de la Angustia es obra de Juan de Astorga fechada en el año 1817 y adquirida por la hermandad en 1942. Es una talla que pertenecía a la hermandad del Despedimiento de Cristo con la antigua advocación del Dulce Nombre de María. Procesiona por primera vez la tarde del Martes Santo de 1946.
Foto. Antonio Pizarro 2017
Breve Historia de la Hermandad de los Estudiantes
La Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte fue fundada en 1924, en la iglesia de la Anunciación, por un grupo de profesores y alumnos de la Universidad de Sevilla. Dos años después, hace su primera salida a la Catedral con el crucificado.
De los años 1932 a 1934, la cofradía deja de salir procesionalmente por estar la iglesia de la Anunciación clausurada, celebrándose sus cultos ante fotografías de los titulares en la parroquia del Divino Salvador. En 1949 se celebran las bodas de plata de la fundación de la corporación con un vía crucis por los alrededores de la sede canónica.
La actual capilla de la Universidad se inicia a mediados del siglo XVIII, hacia 1757, para dotar a la antigua Fábrica de Tabacos de un espacio en el que los trabajadores pudieran atender sus necesidades religiosas. Fue diseñada por Sebastián van der Borcht.
El 26 de noviembre de 1966 la Hermandad de los Estudiantes abandona la Iglesia de la Anunciación para instalarse en la Capilla de la Universidad, donde permanece desde hace más de cincuenta años. En la actualidad, el Cristo de la Buena Muerte preside el retablo mayor, mientras que la Virgen de la Angustia recibe culto en una nave lateral del pequeño templo. La Hermandad de los Estudiantes tiene su salida el Martes Santo a las 19,00 horas.
En la Capilla se celebran también bodas de personas vinculadas con el mundo académico.
Gaudeamus igitur,
iuvenes dum sumus. (bis)
Post iucundam iuventutem,
post molestam senectutem,
nos habebit humus...
Alegrémonos pues,
mientras seamos jóvenes.
Tras la divertida juventud,
tras la incómoda vejez,
nos recibirá la tierra...
Terminada nuestra didáctica jornada matinal en la antigua Fábrica de Tabacos se aproximaba la hora de hidratarnos un poco, no sin antes dar un paseo por el perímetro exterior de la Universidad, que limita con el Sur con el Palacio de San Telmo, por el Este con el Prado de San Sebastián y por el Oeste con el Hotel Alfonso XIII.
Los Jardines de Murillo en el Norte de la Universidad se encuentran frente a la Universidad, lo que nos animaba a pasear hasta la iglesia de Santa María la Blanca [antigua sinagoga] donde existen obras del universal pintor Bartolomé Esteban Murillo.
Muy cerca nos encontramos el Bar Coronado, donde dice algún que otro "beersapiens" de mi pueblo, de esos que presuntamente entienden de cerveza, aromas y matices, que es uno de los templos de la cerveza sevillana donde llevan tirando con arte la cerveza desde 1935 "habrá que ir digo yo".
Degustar el tradicional zumo de cebada que nos proporciona la diosa Ceres [cerevisiae] en forma de cañas, quintos o tercios, forma parte de nuestra ancestral y valiosa "Dieta Mediterránea".
Entre angostas y sinuosas callejuelas empedradas a través del Barrio de Santa Cruz llegamos a la Plaza de Doña Elvira que junto con el Callejón del Agua nos va acercando a los Reales Alcázares o antigua Dar al-Imara andalusí donde vivió "Al Mutámid", el último rey de la antigua Isbiliya. Aunque eso formará parte de otra didáctica historia que compartiré con nuestros amigos.
Algún que otro chorro de agua que brota de alguna fuente o de algún patio en el Barrio de Santa Cruz estimula nuestro espíritu y nos transmite tranquilidad, recordándonos la cultura del agua en la antigua Al Ándalus entre alcorques [alqúrq], azarbes [assarb], norias [naurah], albercas [albirkah] o azudas [assúdd].
Rodaje de Carmen en la antigua Fábrica de Tabacos [Universidad de Sevilla]
Foto. ABC
Como epílogo de nuestra visita a la Universidad de Sevilla observamos en los jardines exteriores que rodean tan magno edificio varias ruedas de molinos que se usaron en tiempos pretéritos en la Fábrica de Tabacos.
Desde la antigua Fábrica de Tabacos y Universidad de Sevilla [520 años la contemplan], cuyo origen se remonta a 1502, y recuperando la Memoria de las Cigarreras, más allá de Carmen, a las que el progreso les causó una herida, para el blog de mis culpas...
P.D. Como dato cofrade cabe destacar que en 1904 la Hermandad de las Cigarreras se traslada a la capilla de la Real Fábrica de Tabacos, que a su vez se desplaza entre 1954 y 1956 a una capilla en el barrio de Los Remedios, desde donde sale su Hermandad el Jueves Santo, aunque su sede canónica seguirá siendo la Capilla de la antigua Fábrica de Tabacos.
La Hermandad tiene tres formaciones musicales conocidas popularmente como “Las Cigarreras”.
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